El Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador entregó hoy a sus familiares las osamentas de tres niños y tres adultos ejecutados por el Ejército en la masacre de El Mozote de 1981 y que fueron exhumados en 2015.
Wilfredo Medrano, representante de la organización Tutela Legal "María Julia Hernández" y abogado de las víctimas en el proceso legal contra 18 militares, señaló que las osamentas estaban en poder del IML para realizarles pruebas genéticas.
"Lamentamos que no se logró obtener la prueba genética por el deterioro de los restos, pero los familiares que los enterraron en los lugares donde se exhumaron tienen pleno conocimiento de quienes se encontraban ahí", apuntó el letrado.
Señaló que con los familiares "no tenemos problemas de identificación", pero que esperaban que el IML diera una "pericia científica" para "fortalecer más la prueba" en el proceso penal.
"Ya está probado que la masacre existió, esto viene a evidenciar más que (las víctimas) fueron niños", acotó Medrano y detalló que los restos serán trasladados al lugar de la matanza para la conmemoración del 37 aniversario y para ser sepultados el fin de semana.
Reina Claros, quien recibió los restos de su madre y tenía 3 años de edad cuando ocurrió la masacre, aseguró que le dará "santa sepultura", con lo que al menos tendrá "donde dejarle una flor".
Señaló que esta entrega es una "acto simbólico" de justicia con el que "se cierra un capítulo" y que no busca venganza, porque "era una bebé" cuando se dio el crimen.
"Yo recuerdo las cosas, mi madre les dijo a mis hermanos mayores que me llevaran a esconder y jamás las volvimos a ver (a madre y una hermana de 11 meses de edad), nada más se oía como la gente lloraba y las llevaban en línea para matarlas", dijo Claros a la prensa.
Un registro estatal estima la cifra de víctimas en 1.725, de las que 988 fueron ejecutadas, 48 sobrevivieron a la masacre, 660 son familiares de las personas asesinadas y 29 sufrieron desplazamiento forzado.
Según el Informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas en El Salvador de 1993, entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981, unidades del Batallón Atlácatl torturaron y ejecutaron "deliberada y sistemáticamente" a niños, hombres y mujeres del cantón El Mozote y otros sitios aledaños.