Encuentro de mundos, choque de culturas

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30 November 2018

En una isla de la India una tribu de aborígenes mató a flechazos a un joven estadounidense que llegó a tratar de evangelizarlos.

Mientras tanto, la municipalidad de Los Ángeles, California, ordenó derribar una estatua de Cristóbal Colón en el centro de la ciudad, tras acusarlo de genocidio de los indios americanos. De igual manera está proscribiendo de la historia y de su nomenclatura a notables como fray Junípero Serra, evangelizador de California.

No soy un versado para juzgar esa parte de la historia y a sus personajes, pero a veces me parece desaforado querer artificiosa o violentamente cambiar el curso de los acontecimientos. Pienso que si Colón no hubiese llegado, los americanos no hubieran llegado a conocer el legado cultural, agrícola y avances de Europa y viceversa. Algunos, en extremo, piensan que quizá no andaríamos en auto sino en carretas, no usaríamos ropa sino taparrabos y los jefes de gobierno no serían tales sino jefes de tribus.

No dudo que haya habido violencia y abusos que de ninguna manera se pueden admirar o ennoblecer, pero trato de pensar en que el encuentro de dos mundos diferentes no siempre es pacífico.

Solo hay que recordar que la llegada de los vikingos a Occidente no fue entre abrazos y besos, sino producto de una cruel violencia, tanto de los recién llegados como de quienes los repelieron en Inglaterra y luego en Francia. Ese encuentro llevó posteriormente a una evolución, intercambio cultural y al desarrollo político y económico mutuo y a lo que esos pueblos son ahora: ejemplos de democracia, convivencia pacífica y desarrollo inigualable.

Se habla tanto del Día de Acción de Gracias como un ejemplo de convivencia entre los primeros europeos llegados a América en el Mayflower y los nativos, pero el encuentro no estuvo exento de guerras sucesivas o enfrentamientos en los siguientes años.

El Imperio Romano, que nos legó el Derecho, las instituciones y otros grandes aportes en el arte y la cultura, se impuso a sangre y fuego en Europa y Asia.

No puedo aprobar los genocidios ni la violencia y la esclavitud a la que sometieron a los nativos de América en los diferentes territorios, pero me alegro de que este Nuevo Mundo haya sido encontrado y por ello podamos alcanzar desarrollo y vivir mejor que quienes andan con taparrabos y están aún en la prehistoria, como los que mataron al misionero estadounidense John Allen Chau.

Según se ha informado, las autoridades locales no pueden —o no quieren— recuperar el cuerpo porque, además de que tendrán que buscarlo entre una población hostil, pueden llevar gérmenes que diezmen a los nativos —unos 200 aproximadamente, dedicados a la caza y la pesca— como también se sabe que ocurrió en América.

Tampoco se trata de justificar a Hitler o Stalin, aclaro, pero a partir de estos hechos vale la pena hacer una reflexión sosegada de nuestro papel en la historia y no buscar aniquilar hasta la esencia a personajes por juicios hechos de acuerdo con nuestro tiempo y no al que aquéllos pertenecieron.

Aquí, frente al Palacio Nacional, le volaron la cabeza a la estatua de Colón y no se detuvo la marcha de los acontecimientos...

Periodista