Ocho homicidios al día y 500 plagiarios tras rejas

Mantuvo el control de las comunidades y colonias que eran asediadas por las maras. Durante su administración, la Policía desarticuló más de un centenar de grupos pandilleriles.

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Unidades antisecuestro fueron fortalecidas. Agentes allanaron una vivienda para detener a secuestradores de un empresario.

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31 January 2016

Durante los cinco años que gobernó el expresidente Francisco Flores el promedio de asesinatos fue de ocho homicidios por día, lo que representó una tasa entre los 36 y 43 muertes violentas por cada 100,000 habitantes.

Estos registros comenzaron a incrementarse en los últimos tres gobiernos, después de Flores, hasta alcanzar una tasa histórica de 105 homicidios por cada 100,000 habitantes, 18 homicidios por día durante el 2015. 

Con esta última tasa, El Salvador terminó el año pasado como uno de los países más violentos del mundo y el tercero en Latinoamérica.

Los registros oficiales apuntan que en el quinquenio de la administración de Francisco Flores, la violencia causó 14,652 víctimas, lo que significó un promedio de ocho homicidios por día, uno de los más bajos en los últimos 12 años en el país, de acuerdo a los datos de la PNC y el Instituto de Medicina Legal (IML).

Los ocho homicidios por día de promedio registrados en el período presidencial de Flores ha estado muy por debajo del promedio que se produjo el año pasado que alcanzó las 18 muertes por día.

Una situación de inseguridad que se ha profundizado en el primer mes de este año, cuando el promedio alcanza los 23 homicidios por día, de acuerdo a las cifras de la PNC.

Fuentes  policiales aseguraron que la escalada de violencia que se produjo a inicios de este año y que se recrudeció en el primer mes del año ha reflejado que los planes de seguridad del Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, no han tenido incidencia en la reducción de la criminalidad, por el contrario, la ha profundizado.

En la gestión de Flores en el área de seguridad pública hubo 2,960 crímenes menos que en la administración presidencial de Elías Antonio Saca, en la cual la violencia causó 17,612 víctimas.

Y en el Gobierno de Mauricio Funes, la violencia se profundizó aún más, la cual de no haber sido por la supuesta tregua entre pandillas, la cantidad de homicidios habría sido mayor. El período presidencial de Funes cerró con 17,455 asesinatos.

Una de las estrategias del gabinete de seguridad de Flores  para contener el embate de la violencia durante su gestión presidencial estuvo sustentada en el control de las comunidades y colonias que eran asediadas por las pandillas.

Este control no les permitió a esos grupos fortalecerse como estructuras delincuenciales y comenzaron a debilitarse. La estrategia comprendía en cercar con policías y soldados a los grupos pandilleriles para obligarlos a reducir la capacidad de delinquir en esos sectores . 

Exfuncionarios de Seguridad de la época han manifestado en reiteradas oportunidades que la estrategia estaba basada en el cumplimiento a lo que le manda la Constitución y la Ley Orgánica a la Policía que comprende la de garantizar el orden público y la tranquilidad a la población. 

A pesar de los cuestionamientos  del partido de oposición de ese entonces, FMLN, la estrategia de golpear a esos grupos ilegales comenzó a dar sus primeros resultados con la reducción drástica de los homicidios y además de expulsar a los pandilleros de las zonas donde tenían presencia. 

En sectores con  alta incidencia de violencia como Lourdes, Colón; Soyapango, Ilopango, y otros municipios vivieron paz y tranquilidad al no registrarse un tan solo asesinato en no menos de dos semanas.

En el Gobierno de Francisco Flores se erradicó el secuestro en el país

Entre los años 1999 y 2002, El Salvador vivió una escalada de secuestros que despertó la preocupación entre los sectores productivos del país. 

Sin embargo, el gabinete de seguridad de la gestión del expresidente Francisco Flores pudo con distintas estrategias contener el auge de plagios de ese momento. 

Después de haberse registrado más de un centenar de secuestros anuales a principios de la década de los años dos mil, las cifras de los mismos comenzaron a reducirse drásticamente hasta llegar a diez plagios al año.

Numerosas estructuras  bien organizadas de secuestradores fueron desarticuladas por unidades elites antisecuestro de la Policía en combinación con la Fiscalía. No menos de 150 bandas delictivas dedicadas al secuestro fueron capturadas y unos 900 secuestradores fueron condenados a elevadas penas de prisión.

Por orden del expresidente Flores se creó la División elite contra el Crimen Organizado (DECO) de la Policía para combatir el secuestro.