Rick Scott, el saliente gobernador de Florida (Estados Unidos), se ha hecho con el escaño al Senado federal que mantuvo desde el año 2001 el demócrata Bill Nelson, a quien derrotó en una disputada contienda y definida por poco más de 10,000 votos.
“Ha sido un viaje gratificante, así como una experiencia muy aleccionadora”, resumió Nelson en un mensaje a los suyos en video, en el que aceptó no haber salido “victorioso” de la enconada carrera que sostuvo con Scott, quien no titubeó en desembolsar al menos 60 millones de dólares de su fortuna personal para su campaña.
El mensaje del veterano senador, y con 42 años de servicio público, se dio tras los nuevos resultados que arrojó el recuento manual hecho por los 67 condados floridanos, y ordenados el pasado jueves luego de que el recuento mecánico reflejara una diferencia de apenas 0.15 % entre ambos.
Según los nuevos datos difundidos ayer por la Secretaria de Estado de Florida, Scott sumó un total de 4,099,505 (50.05 %) votos, mientras que Nelson alcanzó 4,089,472 (49.93 %), es decir una diferencia a favor del republicano de 10,033 votos e incluso unos 2,000 menos de cuando se ordenó el recuento manual.
“De ninguna manera me siento derrotado. Y eso es porque he tenido el privilegio de servir a la gente de Florida y a nuestro país durante la mayor parte de mi vida”, señaló Nelson, quien luego, en lo que pareció ser un mensaje al entrante senador, recordó: “un cargo público es una confianza pública”.
Tras la concesión de Nelson, y al cabo de doce días de celebradas en EE.UU. las elecciones intermedias, en la que los republicanos mantuvieron la mayoría en el Senado federal y los demócratas se hicieron con el control de la cámara Baja, el accidentado proceso electoral en Florida parece al fin haber amainado.
El equipo legal de Nelson había presentado demandas para que se extendiera la fecha límite para el recuento mecánico, y para que se aceptará cartillas de votación enviadas por correo postal y que llegaron cumplido el plazo, ambas rechazadas por el magistrado Mark Walker.
La campaña de Scott a su vez enfiló, demandas judiciales de por medio, contra las observadoras electorales de los condados de Palm Beach y Broward, éste último en el ojo público primero por no cumplir con los plazos de entrega de los resultados y luego, entre otros accidentes, tras revelar que habían mezclado más de 2,000 votos.
Nada de ello, sin embargo, modificó los primeros resultados del pasado 6 de noviembre, en los que si bien por poco margen, los republicanos Scott y Ron DeSantis, ambos con el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, resultaron ganadores en las carreras al Senado y a la Gobernación, respectivamente.
El alcalde de Tallahasse, el demócrata Andrew Gillum, salió la noche de las elecciones intermedias a conceder la victoria a DeSantis, sin embargo se echó atrás cuando los resultados reflejaron que la ventaja entre ambos era menor a medio punto porcentual y, de acuerdo a la ley de Florida, era necesario un recuento mecánico.
“Que cada voto legal sufragado sea contabilizado”, demandó Gillum después de que el recuento mecánico lo ubicara por debajo de DeSantis por unos 34,000 votos.
“Desde el primer día, Rick Scott nunca vaciló. Fue un gran gobernador y será incluso un mejor senador en representación del pueblo de Florida. ¡Felicitaciones a Rick por haber emprendido una campaña tan valiente y exitosa!”, escribió, jubiloso, el presidente Trump.