Cada vez que salgo de viaje, admiro las bellezas naturales y la organización armónica de las sociedades de los países que visito, y también, siempre deseo que los salvadoreños recibamos la iluminación para encontrar las motivaciones para cambiando nuestros hábitos, reconvertir nuestro país, en uno más cuidado, más seguro, más sano, más pacífico, más respetuoso, más tranquilo, más limpio y más ordenado.
Sin perder del todo la esperanza que los políticos que también salen a muchos países, encuentren razones y motivaciones para desde sus cargos y responsabilidades, encaminar cambios para reordenar que los sistemas que ya tenemos, funcionen como deben funcionar.
Por ejemplo, el sistema de tráfico que nos afecta a todos. Pero pensando en cómo acelerar estos cambios, creo que sería posible, si de la misma forma o parecida, que se han creado movimientos de la sociedad civil en pro de la transparencia y la democracia, se crearan movimientos específicos y pacíficos para reorientar nuestra sociedad. Enseñar nuevos hábitos, pues al final, la cultura de los pueblos, es la expresada en las conductas espontáneas de su gente.
Sería bueno una iniciativa civil organizada, un movimiento con visión de país y apolítico, que demuestre la bondad del respeto y cumplimiento de cada uno de los artículos del reglamento de tránsito, dirigido a todos los ciudadanos, desde los motoristas de las caravanas de las altas autoridades, hasta el ciudadano que maneja su vehículo para ir a su trabajo, pasando por el señor que conducen buses y microbuses y los empresarios propietarios de estos vehículos que los envían a arriesgar su propia vida y la de los pasajeros para quitarle los viajeros al vehículo que va adelante. Les aseguro que ganarán más respetando el sistema que continuar tal como lo vienen haciendo.
Hace falta un movimiento civil que impulse el amor al país y al cuidado del medio ambiente; a respetar los lugares para la deposición de la basura, su oportuna recogida por las alcaldías y el correcto manejo en los depósitos apropiados.
Un buen ejemplo a seguir es en estas iniciativas es el transporte de la caña que los ingenios y los transportistas han cambiado por completo y actualmente se transporta la caña de una forma más segura para todos los vehículos en las carreteras y de una forma más rentable para los transportistas y los ingenios.
Hace falta un movimiento civil de concientización nacional sobre la calidad y la productividad, que los salvadoreños recobremos el amor por el trabajo, la honradez, el cuidado de las herramientas, el respeto a los clientes y el sentimiento de responsabilidad porque las empresas crezcan.
Nos hace falta un movimiento para el respeto a la seguridad personal, a la seguridad de las casas y las calles. A la búsqueda de la paz en las colonias a que no haya zonas tomadas en las que los vecinos viven con miedo y tienen que dar ofrendas para entrar a sus casas.
Y así como los mencionados, se pueden organizar muchos más que conviertan nuestro país como Singapur mucho más pequeño y con una mucho mejor educación y civismo.
Las gremiales empresariales, los tanques de pensamiento, los periódicos, los anuncios de productos, el mercadeo en general se debiera de orientar hacia la realización de los buenos hábitos que harán de los salvadoreños, personas respetables y respetadas y de El Salvador, un gran país.
Más que dinero, se requiere buenos ejemplos, de las empresas pioneras, de las organizaciones, de las gremiales empresariales, de los columnistas y de todos los que nos unamos en estos movimientos. Eso… ¡Hagamos un gran país!
Ingeniero
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