Fundación Meza Ayau en alianza con UNICEF para impulsar la educación temprana

Según las investigaciones de Unicef, el retorno promedio de los programas orientados a niños de 0 a 5 años es de alrededor del 66 %.

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Jimmy Vásquez, de UNICEF, y Roberto Murray de la FRMA, coincidieron en que la educación temprana debe ser prioridad nacional Foto EDH / Lissette Monterrosa

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05 November 2018

Fiel a su eslogan y compromiso de ser parte de la solución, la Fundación Rafael Meza Ayau (FRMA) dedica su V Foro Informándonos a la educación temprana como la clave para que, en el mediano plazo, El Salvador logre mejorar el nivel de vida, competencia y calidad de sus ciudadanos y dé cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El presidente de la FRMA, Roberto Murray Meza, recordó que en años anteriores, la ONG abrió espacios de debate para temas de la realidad nacional como la violencia, emprendimiento de impacto social y el manejo de la tecnología; sin embargo, la edición 2018 es la primera que realiza en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) porque “el tema lo amerita”.

“Lo que tratamos es de ser un agente catalizador que atiende esta situación desde diversos ángulos. Creemos que es un momento parte aguas, donde cambia la historia de la educación en El Salvador”, dijo el empresario.

Y es que para el titular de la Fundación, invertir en la niñez salvadoreña y sus familias es imperativo puesto que “no hacerlo puede traer graves consecuencias como no contar con personas calificadas para enfrentar retos tan importantes como la conducción de nuestro país”.

Además de ser una “deuda histórica con el desarrollo y bienestar de la infancia” en el país, El Salvador urge de orientar mayores recursos a su población más joven porque un inicio de vida violento y sin familia, en precariedad y la poca presencia del Estado devienen en mayores problemas sociales como la violencia, pobreza y desigualdad de oportunidades, capacidades y destrezas.

¿Por qué pensar en El Salvador del 2040?

Actualmente uno de cada tres salvadoreños tiene menos de 18 años y, en promedio, crecen a razón del nacimiento de 12 bebés cada hora.

Cuatro de cada 10 hogares con niños y adolescentes viven en condición de pobreza multidimensional; uno de cada cuatro menores de 17 años viven sin sus padres o solo con uno; menos de la mitad de los niños más pobres de entre 3 y 5 años son matriculados en la escuela; y solo el 1.5 % de los niños de entre 0 y 3 años asiste a un centro de educación inicial en la etapa en la que las funciones de su cerebro se desarrollan en mayor medida y los retornos de la inversión inicial son mayores.

“Cuando la gran pregunta es, si demográficamente somos así, ¿qué estamos haciendo con esas personas? Ponemos sobre la mesa cómo esto se vincula, alimenta o no ayuda a romper círculos como el bajo crecimiento económico, la violencia, sostenibilidad o solidez de las finanzas públicas”, reflexionó el especialista en políticas públicas de UNICEF, Jimmy Vásquez.

De acuerdo con James Heckerman, premio Nobel de economía, cada dólar invertido en los primeros años de vida de un niño se recupera antes que éste cumpla 15 años.

Las investigaciones para el caso salvadoreño revelan que los programas orientados a niños de 0-5 años de edad tienen retornos promedio del 66 % y se reduce a 18 % cuando la intervención llega en edad escolar o son adolescentes (entre 6 - 16 años).

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Según el BID, el 65 % de los trabajos que deberán realizar los niños que ahora tienen entre 0 y 6 años, aún no existen; aunque se prevé que requerirán habilidades críticas y de análisis más allá de la memoria y motricidad.

En ese sentido, para Vásquez, la inversión en el desarrollo social de los niños debe hacerse lo más pronto posible para aprovechar el bono demográfico que en 2040 representará el 42 % de la fuerza laboral salvadoreña.

“Esto es lo más cercano al silver bullet (solución milagrosa) en desarrollo. Es invertir en la gente, pero no en cualquier momento, sino en sus fundamentos”, acotó el representante de UNICEF.

Durante dos días, el Foro presentará la importancia del desarrollo en la primera infancia desde la ciencia a la aplicación a gran escala; los impactos económicos y sociales de los programas de desarrollo infantil temprano; y algunos ejemplos de modelos de intervenciones en Colombia, Perú, México, Guatemala y Honduras, entre otros temas.

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La propuesta de UNICEF

1) Visitas domiciliarias

El organismo recomienda un programa nacional de visitas domiciliarias y de apoyo para grupos de padres de niños de 0 a 3 años en condición vulnerable; con énfasis en lactancia materna, nutrición, estimulación, capacidad de respuesta y bienestar del cuidador y la familia.

2) Atención temprana

Una política de cuidado y educación temprana para todas las familias con niños de 0 a 2 años y 11 meses. El sistema ayudaría a familias de ingresos bajos y moderados a cubrir los costos de cuidado de salud y oportunidades de educación de calidad antes de entrar a parvularia.

3) Apoyo a la transición

Además, propone darle atención a las transiciones entre la educación parvularia y la primaria para garantizar que calidad continúe; integrando los marcos curriculares, el desarrollo profesional y cómo se involucran las familias.