In memoriam

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02 November 2018

In memoriam es una frase del latín que significa “en la memoria” o “en el recuerdo” y en términos generales es usado como referencia conmemorativa en homenaje a una persona fallecida. De manera más informal hace referencia a un fallecido y lo que hacen por él sus familiares, mantenerlo en la memoria aún después de su muerte.

El concepto probablemente se remonte al tiempo del filósofo griego Platón, a quien se le atribuye la definición característica de la antropología dualista, es decir, la concepción de que los hombres están formados por un cuerpo finito y un alma que no perece. Esto en contraposición de aquellos que sostenían que la muerte era el fin de todo al momento de la muerte del cuerpo.

Otras culturas antiguas trataron de mantener a los fallecidos cerca de los vivos; así los antiguos babilonios consideraban que después de fallecidos se convertían en “espíritus” y el hijo mayor de la familia era el encargado de mencionar sus nombres regularmente para que no fueran olvidados. En la cultura semítica antigua los fallecidos se convertían en “ángeles”. Los antiguos indios americanos consideraban a los fallecidos “seres de luz”. Las culturas orientales, así como los aborígenes mesoamericanos, mantienen el culto a los ancestros y la veneración a los muertos.

Pero fueron los egipcios los que dieron más relevancia a la muerte y al concepto de justicia al final de la vida. El dios Anubis, balsero de la muerte, llevaba el corazón espiritual del fallecido, el cual era pesado en una balanza en donde era comparado con el peso de una pluma, si el corazón espiritual pesaba más que la pluma era considerado impuro y, por tanto, sufría una segunda muerte. La muerte espiritual y eterna.

El concepto y realidad de la muerte han acompaña a la humanidad desde sus inicios, por la razón obvia que todos llegaremos a ese estado. Considerado estado final por algunos y por otros que lo catalogan como una transformación a una vida mejor y eterna. En nuestro país, con los índices tan altos de violencia y muerte que tenemos desde hace ya demasiado tiempo, además de recordar a los familiares ya fallecidos deberíamos hacer un esfuerzo por recordar a los fallecidos anónimos y aquellos familiares que reclaman justicia. En este sentido es bueno conocer las palabras del jurista y académico chileno José Fernando Zalaquett: “A veces será necesario elegir entre la verdad y la justicia. Deberíamos elegir la verdad. La verdad no trae de vuelta a los muertos, pero los libera del silencio”, silencio que se vuelve cómplice de las injusticias.

Es por esto que la memoria colectiva de los salvadoreños debe tomar el término In memoriam como un recuerdo de que nació y evolucionó con la idea de que mientras se tuviera al fallecido en la memoria o dicho de una manera alterna, mantuviéramos recuerdos del fallecido, este no habría muerto. La muerte real ocurriría en el momento en que nos olvidamos de los familiares fallecidos. Y es a través de este concepto y de la evolución del mismo que se han formado fechas específicas cuando se les rinde honor a los fallecidos. El 2 de noviembre es el ejemplo claro de esa conmemoración.

Para los familiares y amigos fallecidos el In memoriam es el reconocimiento que permanecen en nuestra memoria siempre. Para los que seguimos vivos el recordatorio viene del poema Hazme suave el instante, de Alberto Masferrer: “Hazme suave el instante. Mañana, esta noche tal vez he de partir…”, un memorándum para vivir plenamente todos los días del año.

Doctor en Medicina y Teología