El hombre masa

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27 October 2018

El escritor español Juan Manuel de Prada dice: “Vivimos una época en la que la opinión del ignorante se quiere equiparar a la opinión del que sabe y a veces incluso, se le pone por encima del que sabe”. Esta realidad vivimos actualmente en todos los ámbitos, en temas científicos, sociales, políticos, económicos, etc. Este problema deviene del hombre masa y es bastante amplio, porque el concepto de masa no es cuantitativo sino cualitativo y además es una cualidad individual que tiene connotaciones necesariamente de una dimensión social.

El filósofo español Ortega y Gasset, en su libro “La Rebelión de las Masas”, hace un planteamiento interesante. Para este filósofo, el hombre de hoy es el que no está al mismo nivel de sí mismo, el que se encuentra a mitad de camino entre el ignorante y el sabio, que cree saber y no sabe, ¡y el que no sabe lo que debería saber! Indudablemente nuestra época moderna es el enemigo más grande del hombre actual, porque son tiempos de retórica y mucha confusión. Discursos políticos que destilan una verborrea de artilugios que azuzan a masas automatizadas de personas, a seguir a profetas políticos que posteriormente terminan siendo ominosos dictadores.

En el siglo XX se concreta una antigua aspiración social, la presencia pública y decisiva de la mayoría, cambio que no se realizó de un día para otro, sino que fue lento, un proceso exhaustivo que fue ganado por personas descontentas con los liderazgos de la época. Cuando desaparece el poder espiritual, mantenido por las instituciones eclesiásticas, surge la culturalización de la sociedad con el fundamento de una ética que brinde un ideal moral para vivir. Es aquí donde inició el descalabro humanístico que tenemos en el presente.

Algunos personajes del siglo XX aprovecharon la desaparición del poder espiritual y cambiarlo por el poder material, canalizando ese sentimiento y emotividad hacia la política. El capitalismo del siglo XIX contribuyó mucho a arruinar y desmoralizar a la humanidad y se hunde más con el surgimiento del marxismo que asume esta realidad alienante, con una fórmula limitada, al proponer apoderarse de los medios de producción para mejorar los salarios, tener una sociedad sin clases sociales, pretende que todos los hombres sean iguales y uniformes, extirpando con ello las diversas habilidades y competencias individuales, aniquilando la dignidad humana.

El capitalismo del siglo XIX ha producido una inmensa riqueza, pero ha empobrecido la conciencia moral del hombre. En lugar de la ética en la sociedad priman el interés y el utilitarismo, objetivos que no alcanzan para el mantenimiento del equilibrio social. No hay indicios de que esto mejore y, por el contrario, vemos el surgimiento de populismo políticos con nuevas máscaras e ideologías que atentan contra natura; ejemplo de ello: la ideología de género, la cual contradice incluso, ciencias como la biología. ¿Qué podemos esperar a futuro? Es apremiante enrumbar nuestra capacidad intelectiva, el hombre masa de nuestro tiempo es aún más pernicioso que el de antaño.

El hombre masa actual, como afirmaba Ortega y Gasset, “exige que se haga ley el derecho a estar equivocado” . Vemos a grupos de personas y organizaciones haciendo apologías de lo absurdo. Demandando que con impuestos de todos se financie a través del Estado matar a sus hijos en el vientre materno. Manifestaciones de personas semidesnudas buscando quemar iglesias e instituciones que no comulgan con sus disparates; esta rebelión de masas atenta tremendamente contra el sentido común… Vivimos tiempos en los que se busca subordinar a intelectuales recurriendo al uso de la fuerza, reprimiendo siniestramente a quienes se oponen a lo inadmisible... es lo único que sabe hacer el hombre masa: combate ideas con golpes y garrotes.

Analista político y escritor