Al menos siete de cada diez salvadoreños siguen ocupándose en actividades económicas informales; es decir, en aquellas que no tienen acceso a seguridad social (asistencia médica ni pensiones), señaló la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), este jueves.
En su último Informe de Coyuntura Social 2017-2018, el tanque de pensamiento recordó que la economía salvadoreña enfrenta cada vez más dificultades para absorber la fuerza laboral. En 2017, solo 27.6 % de la población económicamente activa (que tiene trabajo o lo busca activamente) tenía un trabajo con las condiciones de uno formal.
La brecha insatisfecha de personas que no logran un empleo de calidad se ajusta con aquellos salvadoreños inactivos (que no tienen ni buscan trabajo), los desempleados (que no tienen pero buscan), los que migran y los informales.
La informalidad ocupa al 72 % de la población nacional y al 74 % de los jóvenes de entre 15 y 29 años.
Por otro lado, la tasa de desempleo nacional rondó el 7.5 %, mientras que el desempleo juvenil fue mayor y alcanzó el 12 %.
Foro Económico Mundial: país está mal en capacidad de innovación y criminalidad
Fusades destacó que en 2017, aunque hubo mejoras en otras dimensiones como la pobreza, entre las áreas con estancamiento se enfatiza la situación económica. “En 2017, hubo más subempleo y menos creación de empleo formal. Prueba de ello es que 2,143,836 personas económicamente activas no encontraron empleo formal de calidad”, señaló el documento.
Los “modestos resultados” en materia social advierten que prevalecen varios retos a superar para que la sociedad salvadoreña alcance mayores niveles de bienestar, según Fusades. “Si las personas no tienen acceso a empleo formal, de entrada están expuestos a lo que puedan encontrar. Muchos no han logrado encontrar el empleo de calidad que les asegure el nivel de ingreso que necesitan para progresar; y, por otro lado, el acceso a educación es limitado”, dijo la directora del Departamento de Estudios Sociales de la institución, Helga Cuéllar-Marchelli.
Menos competitividad
El lento crecimiento económico de El Salvador, de apenas 2.32 % en 2017- el más bajo de Centroamérica-, se tradujo en menos producción de bienes y servicios y empleos formales para el país.
El último informe de competitividad global 2018-2019 del Foro Económico Mundial, revela que el país tiene problemas de criminalidad, una deficiente adopción de tecnología, poca confiabilidad policial y carece de empresas innovadoras.