Inició la carrera para la Presidencia de la República. ¡Qué lindos se ven los cuatro candidatos! Lo digo sin pizca de sorna, con nada de ironía. Lo digo desde la psicología donde se sabía, desde hace setenta años, que si usted lograba que su candidato incluyera determinadas frases y conceptos en sus discursos eso lo inclinaba a favorecer su causa de allí en adelante. Tiempos tempranos de estudio de las actitudes y cómo cambiarlas. Ahora también sabemos que la campaña los hará más felices como individuos pues harán muchas cosas buenas por sus prójimos y tendrán mucha gente a quien agradecer. Usted, mal pensado que lo ve desde afuera, cree que ayudan a los damnificados solo por ganar votos; pero dar y regalar hace sentirse bien a cualquier persona. Eso no es malo, al contrario: necesitamos líderes felices, no amargados ni resentidos. Mostrarlos bien, bonitos, es la tarea que tienen que hacer durante estos meses los responsables de sus campañas. Imagino que alguno hasta habrá contratado un “asesor de imagen”. Tampoco eso es pecado. Las muy comentadas cirugías plásticas de dos políticos destacados, los implantes de cabello de otros, las dietas y ejercicios de años anteriores ahora cobran sentido: todos se sentían presidenciables y se preparaban para este momento. La preocupación actual es por la imagen del candidato, encuestas incluidas. La atención se centra en cómo los perciben. Es el momento de “verla venir…
Me preocupa más el desempeño del futuro presidente, el momento de “hablar con ella”, que no es lo mismo. La verdad sea dicha, ninguno fue mandado a hacer a Ilobasco, ninguno entusiasma, ninguno conecta. Quizás el que lleva ventaja en esto sea el candidato de VAMOS a quien se lo percibe el más genuino. ¡VAMOS, no se desanime!, su verdadera oportunidad será para las próximas elecciones de diputados. Los demás tienen sus cualidades, pero no terminan de conectar con la gente. Hugo tuvo su oportunidad durante los meses posteriores a ganar la nominación, pero la perdió al no tener las agallas para decirle a su cúpula “U-GO home”, como ellos se lo habían venido diciendo a los gringos. ¿Y cómo hacerlo? si había gobernado de cerca con ellos los últimos nueve años siendo el principal responsable de cómo nuestro país es percibido en el exterior. No me quiero imaginar los problemas que tendría para complacer a la vetusta y ortodoxa cúpula en caso de llegar...
“Echar culata”, en salvadoreño, significa ayudar a que alguien alcance algo que, por sí solo, no podría alcanzar. Así, el PCN y el PDC le están “echando culata” a Calleja para que alcance a llegar a segunda vuelta, lo cual tampoco es pecado. El problema lo tendrá cuando los de la culata empiecen a exigirle puestos en el gobierno… si llegara. Por de pronto, el candidato demostró ñeques e independencia frente a la argolla interna de su partido al escoger a su vice del ámbito académico. Ella no tiene vida partidaria, pero tiene más estudios que muchos políticos.
Bukele. ¿Con qué partido corre? Todo es celeste, nada es naranja, ni siquiera su vice, que tenía otro tinte. ¿Ha notado usted que nadie de GANA lo acompaña para nada? Con larguísima experiencia para identificar lo que más conviene a sus intereses se han apartado por hoy de la golondrina y, como el taimado cocodrilo de la fábula, esperan a que el perro se detenga a beber en el río para caerle encima. Rodeado como está de patos, pericos, piojos y pulgas creo que, de llegar, este candidato es el que más presiones tendría para distribuir responsabilidades.
Señores candidatos: Hagan bien las cosas, por favor. Recuerden que los otros son sus adversarios, no sus enemigos y que necesitarán de todos ellos en caso de llegar. “Debemos tener siempre presente que no fuimos creados para dominar a otros, (…), sino para administrar la tierra con los tres principios fundamentales del Reino de los Cielos: …justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Mejía, Rafael (2018). “Justicia del Reino”).
Psicólogo