El Salvador recordó ayer a uno de sus hijos más universales: el Doctor José Gustavo Guerrero, el ilustre jurista que llegó a ser el primer Presidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en la práctica, el tribunal que juzga al mundo.
La memoria del Doctor José Gustavo Guerrero se destacó en el homenaje que la Cancillería salvadoreña le rindió ayer, en las vísperas del Sexagésimo Aniversario de su fallecimiento.
Familiares, amigos, funcionarios de Cancillería y representantes de la Iglesia Católica se dieron cita ayer para rendir tributo a la memoria del Doctor José Gustavo Guerrero, quien murió en Francia el 25 de octubre de 1958.
Nacido en San Salvador el 26 de junio de 1876, el Doctor Guerrero desempeñó numerosos cargos consulares y diplomáticos en Europa. Cobró fama como jurista internacional al defender a El Salvador contra Italia en el Caso Canessa, en el cual el país europeo demandaba una enorme suma de dinero a El Salvador. El caso lo ganó El Salvador gracias a las excelentes intervenciones del Doctor.
Fue el último Presidente de la Corte Permanente de Justicia Internacional (1937-1946) y primer Presidente de la Corte Internacional de Justicia (1946-1949).
Se le recuerda además por haber tenido el valor de plantárseles a las tropas nazis que invadieron La Haya en la Segunda Guerra Mundial.
“Con su ilustre carrera, el Doctor José Gustavo Guerrero también se inscribió como defensor de principios de jurisdicción universal y de no intervención en los asuntos internos de los Estados, donde las iniciativas que defendió a lo largo de su vida hoy humildemente, pero muy ceñida inmortalizamos a través de esta placa”, dijo el Canciller Carlos Castaneda en el discurso de homenaje.
El exvicecanciller Eduardo Cálix, quien asistió como invitado al acto, rememoró a El Diario de Hoy la trayectoria diplomática del doctor Guerrero que lo llevó a los más altos tribunales de justicia mundial.
“Fue reconocido a nivel internacional por esos dotes de abogado y gran diplomático para que se le pudiera nominar para la primera Corte Permanente de Justicia Internacional y a la primera Corte Internacional de Justicia que está hoy por hoy en La Haya y tuvo la única dicha a nivel mundial de haber sido presidente de ambas instituciones”, destacó Cálix.
La imparcialidad y buen juicio con el que lideraba el Dr. Guerrero le conquistó el mérito de entrar en 1930 como Juez a la Corte Permanente de Justicia Internacional, en La Haya, a la que ascendió como presidente de ese tribunal.
Al crearse la ONU tras la Segunda Guerra Mundial, dicho tribunal fue convertido en Corte Internacional, la cual también presidió y tuvo el honor de ser juez hasta su muerte en 1958.
Legado difícil de superar
La vida y legado del destacado jurisconsulto ha sido plasmada en la reseña biográfica “El salvadoreño que trascendió las fronteras: Dr. José Gustavo Guerrero”, investigada y escrita por José Miguel Arévalo Rengifo, tataranieto del ilustre jurista, quien ayer estuvo presente en el homenaje.
El autor ha recogido en esa reseña parte del legado de Guerrero consideró que será difícil de que otro salvadoreño pueda superarlo en esa área. “Indiscutiblemente a la fecha no se puede hablar de alguien que haya sobrepasado en trayectoria diplomática y trayectoria como jurista internacional al doctor José Gustavo Guerrero. El homenaje que se le rinde a él aquí en El Salvador es muy importante”, dijo el descendiente del ilustre salvadoreño.
Arévalo Rengifo también aseguró que su tatarabuelo tiene el honor de ser el único salvadoreño en ser nominado en dos ocasiones para el Premio Nobel de la Paz. Estuvo nominado en los años de 1948 y 1949.
La embajadora Elizabeth Villalta también destacó el legado del jurista salvadoreño, quien fue reconocido mundialmente por sus dotes como diplomático y como juez internacional.
Aseguró que el 16 de Octubre la figura del Doctor Guerrero será objeto de un homenaje especial en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a la cual han sido invitados funcionarios del gobierno salvadoreño y familiares del ilustre jurista (nota aparte).
En el acto de homenaje se hizo un recorrido y una exposición de fotografías que recogen la vida y trayectoria del segundo salvadoreño más universal, que estuvo a cargo de la embajadora Villalta.
Aparte de la develación de la placa y de la exposición fotográfica, se mostraron parte de las vestimentas que Guerrero utilizó como juez y presidente de la Corte Internacional de Justicia.
También se expuso el pasaporte diplomático que usó cuando representó al país en diferentes países de Europa y el mundo, cuando fungió como canciller.