PUESIESQUE… estoy queriendo ver la televisión legislativa, que está en la enésima reunión de la Comisión Política sobre la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, pero me equivoco de click… y, ¡sorpresa!, suena un personaje de mi infancia que canta: “Estos son los números que vamos a aprender/ tenemos que estudiarlos al derecho y al revés/el uno es como un palito/el dos es como un patito/el tres la ‘e’ al revés/el cuatro la silla es/el cinco la boca del sapo/el seis la cola del gato...”.
¡Guau!… décadas de no escuchar esa canción infantil, pero… mmm… me asalta una preocupante premoción: ¿sucederá hoy algo extraño en la Asamblea Legislativa en relación con los números?
En eso… ¡horror!… ¡la profecía antinumérica se cumple!: veo a un destacado político (“líder máximo” se dicen sus acólitos en las redes sociales), que incluso fue presidente de la Asamblea Legislativa y declara que su partido político ha hecho un baremo para evaluar a los candidatos a magistrados, que presenta los primeros 10 puestos de ese baremo, publican el cuadro en los resultados de la evaluación y… ¡extraña aritmética legislativa!… en la evaluación presentada por ese eximio líder político —según sus seguidores— se han calculado porcentajes que suman 110/100, es decir, ¡11 0%!
¡Vaya!… pues parece que hace falta formación elemental en aritmética a algunos diputados; o de muy poca ayuda son las decenas de asesores legislativos si no son capaces de calcular porcentajes… y eso que tardaron 2 meses en elaborar los cálculos y que lo hicieron con modernas herramientas informáticas y sobre la base de recomendaciones internacionales… si no lo hacen así, quien sabe si esa peculiar aritmética que utiliza el partido político devendría en eventos más extraños que los del condado de Hawkins.
Ya sabíamos que la Asamblea Legislativa enfrenta serias dificultades con la ciencia matemática: diputados que no pueden leer números con cinco cifras o más (¿por qué harán la “maldad” de encargar al mismo diputado que siga intentando leer números); que aprobación de presupuestos desfinanciados; que sobreestimación de ingresos estatales; que subestimación de gastos, etc., pero ese peculiar y extravagante cálculo de porcentajes, en el contexto de elección de magistrados, me motivó reflexionar: ¿existirá alguna relación entre no lograr hacer un cálculo aritmético de segundo grado de primaria y la negativa de algunos diputados a optar por el mérito y el prestigio como elementos esenciales para elegir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia?
Y es que los discursos y la estrategia de algunos diputados, consistente en obviar el talento jurídico, el prestigio académico y la trayectoria respetable, es muestra de lo que Pérez Reverte escribió hace poco: “El talento incomoda como nunca”.
Ya lo dijo otro diputado hace casi 2 meses: “Si fuera con base a la meritocracia, ya hubiéramos elegido magistrados”… o el presidente mismo de la Asamblea Legislativa le informó a la ONU que “tienen los votos para elegir a cualquiera, pero no para elegir a los mejores” (no quedamos tan bien que digamos como país, pero es la verdad).
Asemeja, entonces, que a algunos diputados les incomoda el talento y prestigio de los candidatos mejor evaluados y, quién sabe por qué espurios intereses, prefieren candidatos que puedan presionar, cooptar. Quizá por eso es que en relación con la elección de magistrados, todavía NOSEACABUCHE...
P.D.: Parece que es tiempo de recordar a José María Luis Mora, liberal del siglo XIX, quien decía que a los políticos debía juzgárseles, no solo por deshonestos, sino también por incapaces.
Abogado constitucionalista