Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos) inicia cuando el rey Robert Baratheon nombra como jefe de gabinete a su amigo de juventud, Eddard Stark. El poder deformó a Robert en un rey gordo, borracho y licencioso. Eddard, por el contrario, envejeció con dignidad y prudencia.
Cuando Stark revisó las finanzas del reino descubrió que la indisciplina personal del rey se expresaba en su forma de gobierno. Quedó atónito al descubrir que la corona tenía deudas por más de seis millones de piezas de oro. Uno de sus principales acreedores era el Banco de Hierro.
—¿Cómo habéis permitido que se llegara a esta situación? —preguntó Stark sin dar crédito a lo que le informaban.
—El consejero de la moneda consigue el dinero, y el rey lo gasta —contestó impávido Meñique, uno de los ministros del reino.
Eddard comenzó a tomar medidas de austeridad.
El rey murió. Stark también. Tras una seguidilla de traiciones y cadáveres, Cersei Lannister, la esposa de Robert, quedó administrando el reino.
La viuda continuó la escalada de despilfarro. Su último capricho era hacerse de una flota. Pero ya no había oro. Cersei dispuso suspender los pagos al Banco de Hierro. Dejó de cumplir el lema de su familia: Los Lannister siempre pagan sus deudas.
Pero el banco también tenía un lema que sí cumplían: El Banco de Hierro obtiene lo que le pertenece. Dejó de otorgar créditos a la corona y también a sus ciudadanos. Luego comenzó a financiar a los enemigos del reino.
Es apasionante seguir esa crisis fiscal en las novelas de George R.R. Martin. Pero es trágico verla en la realidad.
Mauricio Macri hoy enfrenta lo que él ha calificado como los peores días de su vida. Y, de ser cierto, esa pena la tiene bien merecida.
En diciembre de 2015 asumió la presidencia de Argentina tras doce años de la dinastía Kirchner. Le heredaron un Estado elefantiásico y con un déficit fiscal del 5.8 % del PIB. Macri rechazó coger el toro por los cuernos. Reducir el gasto público era impopular, así que optó por el gradualismo.
Dos años y medio después la bomba le estalló en las manos y hoy debe hacer un ajuste en serio. El FMI (nuestro Banco de Hierro) se lo ha condicionado para otorgarle más financiamiento.
Dos años y medio es mucho en política y para Macri ya es muy tarde para excusarse en que esas duras medidas las adopta por el desastre fiscal heredado de los Kirchner, aunque eso sea cierto. Hoy el pueblo arremete contra él, y seguramente lo pagará caro en las próximas elecciones.
En El Salvador, el pasado marzo el Banco de Hierro nos advirtió que la deuda pública debe bajar del 70 % al 50 % de PIB. Pero la respuesta del gobierno fue ir a la Asamblea a pedir que se le autorice aún más deuda (por ejemplo, US$800 millones para pagar las LETES). Muy Baratheon la reacción.
¡Cuánta falta haría que quien llegue a la presidencia en 2019 sea un Ned Stark! Alguien con el coraje de adoptar medidas firmes para reducir el gasto público y sanear las finanzas públicas. Si así lo hiciera en los primeros meses de gobierno, podría justificar sus acciones en el desastre que heredó de su predecesor.
Pero si quien gana las elecciones decide continuar con la fiesta o simplemente hacer un ajuste gradual, tibio y buenista, desde ya puede ver en Macri lo que le espera. Cuando en unos años la realidad le escupa a la cara y le imponga el ajuste, será muy tarde para atribuirle el costo político a los responsables del desastre.
Abogado
@dolmedosanchez