Aviones rusos bombardearon ayer varios puntos de la provincia septentrional siria de Idleb matando al menos a cuatro civiles, a tres días para una reunión clave en Teherán sobre el futuro del que es el último bastión opositor en Siria y en medio de llamadas de la ONU a evitar un baño de sangre.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos y el Frente Nacional para la Liberación, integrado principalmente por facciones que operan bajo el paraguas del Ejército Libre Sirio (ELS) informaron del bombardeo ruso en áreas que rodean a la localidad de Yisr al Shogur, situada cerca de la provincia de Latakia.
El portavoz de la alianza Frente, Nayi Abu Huzaifa, indicó a Efe que “también bombardearon algunos pueblos en las zonas rurales de Alepo”, el sur de la provincia de Idleb y el norte de Hama.
En total ha habido “más de 30 bombardeos que han dejado mártires”, dijo el portavoz.
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Por su parte, la Casa Blanca advirtió al presidente de Siria Bashar Assad que si utiliza armas químicas, Estados Unidos y sus aliados “responderán rápida y adecuadamente”, en medio de los preparativos para una ofensiva del gobierno sirio contra un baluarte de la oposición.
El presidente Donald Trump se mantiene atento a la situación en Idleb, una provincia controlada por los rebeldes donde millones de civiles inocentes están bajo amenaza de un ataque del gobierno de Assad.