Buscando entre mis recuerdos me encontré un pequeño artículo y una cita que escribió el Maestro Vásquez en 1972.
¿Quién fue el Maestro Vásquez?
El Doctor Luis Edmundo Vásquez, médico internista, fue profesor de multitud de generaciones de médicos en la antigua Escuela de Medicina, a través de su larga y fructífera carrera. Por esto al referirse a él, se dice: “el Maestro Vásquez”.
El “Maistro” (como lo llamábamos en la facultad) nació en Chalatenango el 26 de agosto de 1897 y murió en San Salvador el 25 de noviembre de 1984. La Asamblea Legislativa decretó tres días de duelo nacional por su muerte.
En su juventud fue fundador y formó parte de la primera Junta Directiva de la Sociedad de Estudiantes de Medicina “Dr. Emilio Álvarez” (SEMEA, hoy llamada ASEMEA).
Dedicó su vida de médico a su clientela pero lo más importante fue su dedicación a la docencia.
En mis años de estudiante de medicina lo recuerdo pasando visita a los enfermos y no usaba el estetoscopio para auscultar el corazón y los pulmones, pues una enfermera andaba con un pañuelito que usaba para auscultar al enfermo directamente con su oído; también recuerdo con qué entusiasmo daba todos los sábados por la mañana (en el salón de conferencias del Rosales) las Conferencias Anatomo-Clínicas (del Dr. Benjamín Castleman, jefe de Patología del Massachusetts General Hospital de Boston).
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Regresando al tópico:
La Prensa Gráfica, lunes 12 de Junio de 1972
Páginas Escogidas
“MEJOR CURANDEROS QUE MÉDICOS CHAMBONES”
Por Dr. Luis Edmundo Vásquez (Profesor Emérito de la Escuela de Medicina de El Salvador).
Para llenar a cabalidad nuestra misión se necesitan varios requisitos del todo indispensables. En primer lugar una vocación, casi innata, para soportar los sacrificios que impone la profesión: un espíritu de moralidad intachable, para no caer en las múltiples tentaciones a que expone el ejercicio profesional; y, por sobre todo, esforzarse por adquirir una sólida preparación, pues de otro modo el médico puede resultar mas dañino que útil a la sociedad.
Olvidar estos requisitos y preparar inadecuada o precipitadamente a los médicos haciendo valer el argumento de que hay urgencia de mayor número de ellos para atender hasta en los más apartados rincones del país a las pobres gentes que viven y mueren sin asistencia médica es un grave error. Es preferible que esa pobre gente siga en manos de curanderos y no en las manos de médicos mal preparados. Los primeros, en general, no dañan: aconsejan infusiones de diferentes plantas, manteca de zorrillo, unturas, etc., mientras que un médico chambón, autorizado como está para manejar drogas delicadas, no solamente no cura al paciente, sino que lo expone a males peores que los que se trata de curar.
Tanto los estudiantes de medicina como sus mentores deben tener presente también que algunos de los errores que pueden cometer en su práctica profesional están abocados a graves responsabilidades legales. (En el Día del Estudiante de Medicina).
Nota: Los futuros estudiantes de medicina deben reflexionar sobre estas consideraciones: no solo porque el Dr. Vásquez ha sido maestro de varias generaciones de médicos y su vida ha estado consagrada a su profesión, sino también porque el Dr. Vásquez puede llamarse, después de 48 años de ser médico, un perenne estudiante.
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La cita dice así:
“El que tiene autentica vocación de médico, ve en cada enfermo un ser humano que espera recibir el alivio de los males de su cuerpo y la tranquilidad de su ánimo. El médico debe por eso, como condición primordial, tener “don de gentes”: esa habilidad de alternar cordial y generosamente con personas de diferente nivel cultural y diferente posición social y económica. El que posee ese “don” es considerado por el paciente y sus parientes como un enviado del cielo”.
Dr. Luis Edmundo Vásquez.
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Gracias Maistro Vásquez por su dedicación, enseñanzas y consejos. Médicos como él son contados con los dedos de una mano.
Doctor en
Medicina