El huracán Lane empapó la Isla Grande de Hawai ayer, arrojando 30 centímetros de lluvia en 12 horas, mientras los residentes apilaban suministros básicos y trataban de protegerse del azote del primer huracán en el estado desde 1992.
En vista de la magnitud del huracán, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró emergencia en Hawai, ya que Lane amenaza con convertirse en la tormenta más virulenta sufrida desde hace décadas en este archipiélago situado en aguas del Pacífico.
La declaratoria de emergencia autoriza al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y a la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) coordinar todos los esfuerzos de socorro en casos de desastre y destinar fondos federales para afrontar la tragedia.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que algunas área pudieran recibir hasta 76 centímetros de lluvia antes de que se vaya la tormenta. Los aguaceros se extendían a 566 kilómetros del ojo del huracán.
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No se proyectaba que Lane impactara directamente las islas, pero las autoridades advirtieron que incluso un azote menor pudiera causar daños significativos.
“No necesitas un azote directo para que un huracán de esta magnitud tenga impactos mayores”, Steve Goldstein, meteorólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica en Washington.
Se ha pronosticado que el centro de la tormenta de categoría 4 se acerque o pase sobre porciones de las principales islas desde anoche y hoy por la mañana, causando olas de hasta 6 metros y un aumento de hasta 1.2 metros en el nivel del mar.
Se preveía que las condiciones de tormenta tropical, con vientos de 118 km/h llegaran a la Isla Grande, la más oriental de Hawai, anoche con condiciones de huracán para el resto de la semana.
“En este momento, todo el mundo está esperando”, dijo Christyl Nagao, de Kauai. “Nuestras familias están aquí. Tenemos negocios y otras cosas. Solo hay que cuidar el fuerte y agarrarse fuerte”.
Las autoridades abrieron albergues en la Isla de Hawai y en Maui, Molokai y Lanai desde el miércoles y pidieron a quienes necesiten alojarse en Molokai que vayan allí pronto por miedo a que la principal autopista en la costa sur de la isla quede intransitable.
En la isla de Oahu estaba previsto que los refugios abrieran ayer ante la alerta. Las autoridades trabajaban también para ayudar a la considerable población de indigentes, de los cuales la mayoría viven cerca de playas o arroyos que podrían desbordarse.
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Ante la escasez de espacio en los refugios estatales, el administrador de la Agencia de Gestión de Emergencias de Hawai, Tom Travis, pidió a quienes viven en zonas donde no hay riesgo de inundación que permanezcan en sus casas.
Retiran flota de Pearl Harbor
Además, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ordenó ayer la retirada de su flota desplegada en la base de Pearl Harbor, en Hawai, para apartarse del camino de la tormenta.
La orden afecta a todos aquellos navíos y submarinos que no estén sometidos a trabajos de mantenimiento, mientras que los aviones que se encuentren en la base serán puestos bajo cobijo en hangares o se trasladarán a otros cuarteles “para evitar los efectos del huracán”.
La flota no se alejará del archipiélago por si las autoridades requirieran de sus servicios para ayudar en tareas de emergencia una vez pase la tormenta, agrega la nota.