La próxima semana estará visitando el país el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el señor Edison Lanza. Esta visita llega en un momento oportuno por estar ante un escenario preelectoral, donde los distintos candidatos y sus afines no tendrán ningún pudor en atacar a los periodistas que cuestionen sus planteamientos y les interpelen sobre cuestiones de interés nacional. Es por ello que es importante recordar a qué nos referimos cuando hablamos de libertad de expresión y señalar casos concretos de ataques por parte de ciertos sectores a periodistas.
El concepto de la libertad de expresión contempla en stricto sensu el derecho de toda persona a emitir, sin interferencia debida del Estado o de los particulares, ideas, opiniones y juicios, ya sea de palabra, por escrito o a través de cualquier otro medio. Asimismo, dentro del concepto amplio de libertad de expresión se encuentra la libertad de información. Esta pretende asegurar la publicación o divulgación, con respeto objetivo a la verdad, de hechos con relevancia pública, que permitan a las personas conocer la situación en la que se desarrolla su existencia, de manera que, en cuanto miembros de la colectividad, puedan tomar decisiones libres, debidamente informados.
Tal es la importancia de asegurar mediante acciones positivas por parte del Estado la libertad de información, que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en distintas resoluciones, ha afirmado que la libertad de expresión, como piedra angular de una sociedad democrática, es una condición esencial para que ésta esté suficientemente informada. Y para lograr que efectivamente la sociedad tenga información de una forma objetiva y veraz, el periodismo de investigación y las entrevistas a las personas que ocupan o se postulan como cargos electos son un requisito sine qua non.
Lamentablemente, desde ciertos sectores se sienten incómodos ante personas, que en el ejercicio del periodismo, se involucran responsablemente en actividades que están definidas dentro del concepto de la libertad de expresión. No hay prueba más fehaciente de ello, que la actitud del candidato a la Vicepresidencia de la República por el partido GANA, Félix Ulloa, quien en una entrevista televisiva, ante preguntas sobre temas de transparencia y corrupción, se dirigió de una forma prepotente e incluso machista hacia la periodista. Pero si esta actitud desafortunada no fuera suficiente, vía Twitter afirmó que así se hace una entrevista/emboscada. Tal afirmación no solo es irresponsable, sino que podría llegar a considerarse como un acto difamatorio.
Otro claro ejemplo de atentado al libre ejercicio del periodismo lo ha protagonizado el señor Enrique Rais. Ante investigaciones periodísticas que lo señalaban de tener relaciones indebidas con el ex-Fiscal General de la República, inició un conjunto de acusaciones criminales. Estas actuaciones tienen como único fin producir un efecto disuasivo, atemorizador e inhibidor sobre todos los que ejercen la profesión de periodista, lo que, a su vez, impide el debate público sobre temas de interés de la sociedad.
El Salvador todavía no ha logrado el pleno respeto a la libertad de información. Recordemos las amenazas, seguimientos e intimidaciones que han recibido periodistas hasta el punto de que ha sido la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que ha tenido que emitir medidas cautelares para preservar su vida e integridad personal. La investigación de estos hechos, así como de otros casos como puede ser el pago de forma mensual a ciertos periodistas por miembros del Gobierno, como se ha señalado en el juicio del expresidente Saca, nos indica que queda un largo camino por recorrer. De contrario, el riesgo de regresar a viejos y no deseados tiempos, donde quien tiene más poder acaba imponiendo decidiendo que es noticia y que no, supondría una grave retroceso para un estado que constitucionalmente se define como democrático, social y de derecho.
Coordinador de Procesos de
Justicia del Instituto de Derechos
Humanos de la Universidad
Centroamericana (IDHUCA).