La campaña que viene

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07 August 2018

Si la política fuera, en el sentido estricto de la palabra, un concurso de popularidad, Jorge “el Mágico” González —presente en el corazón de generaciones de salvadoreños— habría sido buscado para ser candidato de lo que hubiese querido. Pero no basta la popularidad para ganar comicios; mejor es para ello el posicionamiento logrado en base al manejo de las emociones. Brexit y Donald Trump son ejemplos de campañas políticas modernas basadas en el manejo de emociones. De una sola estrategia, validada, salen frases, argumentos para conectar con la gente y se realizan acciones que llamen la atención a los electores y se queden estos hablando de ellas. Las campañas tradicionales han dejado de conectar por el desprestigio que viene sufriendo en el mundo la “clase política”.

Ahora que están completas las fórmulas presidenciales para el 3 de febrero, inscrita la última de ellas al final del proceso legal para hacerlo, inicia la campaña electoral transcurrida la vacación agostina, e irá aumentando gradualmente conforme los plazos de ley. Por el lado del oficialismo y a pesar de que Hugo Martínez es el mejor candidato que pudieron llevar, ha sido tan mala la gestión de su partido al frente del gobierno que la mayoría de salvadoreños que constituimos “el pueblo” le decimos un ¡basta ya! a la gestión efemelenista. La posición asumida ante lo que acontece en Nicaragua solo les aleja aún más del sentir generalizado de la nación. Hugo Martínez, eso sí, puede recuperar algo de los casi 400,000 votos que perdió el FMLN este pasado marzo.

La incógnita es el candidato de GANA. La fortaleza de Bukele es haber entendido, durante su trabajo con los publicistas foráneos del FMLN, la importancia de la creación y apego a estrategia política más la utilización de la blogosfera. Pero no basta con “tomar prestadas” nuevas ideas, slogan de campaña de Dilma Rousseff en Brasil, o la esencia del discurso de López Obrador en México; le viene ahora someterse, como se somete todo candidato, al escrutinio público y la gran incógnita para mí es si está la mayoría de salvadoreños tan desencantados con la política —el malestar es latente— hasta el grado de llegar a echar al traste el sistema, o nos inclinamos por mejorarlo, con una sociedad civil cada vez más comprometida para hacerlo a través del fortalecimiento de la institucionalidad democrática.

Desde el punto de vista estratégico, según el resultado electoral de este 4 de marzo, ARENA tiene la mayor posibilidad de ganar. Al menos en un escenario numérico con cifras reales y recientes, coaliciones aparte en voto para diputados: ARENA obtuvo 854,651; FMLN, 437,759; GANA, 243,267; PCN 221,801; PDC, 60,016. La política no es aritmética, tampoco una legislativa es presidencial, pero si hacemos el ejercicio numérico la coalición ARENA-PCN-PDC obtendría 1,136,468, versus la coalición FMLN-GANA que obtendría 681,026 más los 19,590 del CD y los 15,231 del PSD, con lo cual llegarían a un total de 715,847. Una diferencia de 420,621 votos. El FMLN perdió casi 400,000 votos el 4 de marzo y Democracia Salvadoreña no participó. Por lo que la apuesta de la coalición ARENA-PCN-PDC-DS debería ser ganar en primera vuelta.

Más claro ahora que antes de que FMLN y GANA unirán fuerzas para una eventual segunda vuelta, esto en el caso de que “ramificaciones orgánicas” de cada uno de estos partidos no lo empiecen a hacer desde este momento, ya que más claro no canta un gallo: su oportunidad para tener la guayaba (2019-2024) dependerá de lograr minar a ARENA. Difícil predecir quién llegaría a la eventual segunda vuelta, Hugo Martínez o Nayib Bukele, pienso que esto tiene que ver con cuán real se vuelve Facebook y Twitter en votantes, porque el FMLN si que es un partido fuerte, por disminuido que esté a este momento sigue siendo la segunda fuerza y la fórmula que llevan puede recuperarle parte importante de los votos perdidos.

Si Carlos Calleja y su círculo más cercano, incluidos su candidata a vicepresidenta y los secretarios generales de los partidos que integran la coalición, nos explican cómo proveerán mayor seguridad para la familia salvadoreña, cómo harán crecer la economía y generarán empleo, cómo harán para mejorar la salud y la educación, fortaleciendo a su vez la institucionalidad democrática, o cómo llevaran a la realidad el pacto que firmaron, y se dedican a construir un esfuerzo mucho mayor al que tomó forma para la segunda vuelta de la presidencial anterior, tendrían estratégicamente la posibilidad de ganar en primera vuelta. Toda vez que tengan claro, hasta la médula, de la importancia del manejo de las emociones, algo que sí lo tienen sus adversarios políticos.

Abogado y periodista.