La destitución de maestros estatales que apoyan las manifestaciones contra el Gobierno causó un acto de “desobediencia estudiantil” en la ciudad de Condega, en el norte de Nicaragua, que atraviesa una crisis que ha dejado entre 317 y 448 muertos.
Decenas de alumnos del Instituto Marista, de la ciudad de Condega (norte) se negaron a ingresar a las aulas de clase, en repudio a la decisión de Ministerio de Educación (Mined), de despedir a varios de sus profesores “por tener criterio propio y no apoyar a los asesinos”, informó el Movimiento Estudiantil 19 de Abril-Condega.
Luego de obligar a la suspensión de clases, los estudiantes recorrieron las calles de Condega, con carteles con frases como “No queremos maestros sapos (serviles)” o “Gobierno, corrupto, el pueblo no está bruto”.
Durante la manifestación, transmitida en redes sociales, los alumnos gritaron consignas como “¡Son maestros, no son delincuentes!”, “¡Profesores, estudiantes, son la patria pensante!”, o “Aquí estamos los estudiantes para defender a nuestros profesores!”.
Profesores de educación primaria y secundaria, así como de universidades estatales, han denunciado destituciones por parte del Mined, desde la semana pasada, por apoyar las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Una situación similar viven los médicos y trabajadores de la salud de los grandes hospitales del Estado, en diferentes zonas de Nicaragua.
Alumnos de la ciudad de León, al noroeste de Nicaragua, también anunciaron su propia “desobediencia estudiantil” este lunes, con la negativa a ingresar a clases, tal como lo hicieron la semana pasada.
Hasta antes del estallido social del 18 de abril, Condega es considerado uno de los bastiones sandinistas en el norte de Nicaragua, tal como lo fue León antes de la misma fecha.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Daniel Ortega en la Presidencia.
Por su parte la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo que su país está recuperando la paz y la seguridad, tras casi cuatro meses de protestas contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega, que han segado entre 317 y 448 vidas.
“Vamos logrando seguridad, normalidad, paz, recreación, derechos restituidos para todos en nuestro país”, afirmó Murillo, también primera dama del país, a través de medios oficiales.
La dignataria destacó las actividades de recreación ocurridas el fin de semana en la que, según dijo, participaron miles de familias nicaragüenses en todo el país.
“Concluimos un buen fin de semana: mucha recreación, mucho deporte, mucho arte, cultura, ferias en todo el país”, recalcó.
“Y las familias movilizándose con absoluta libertad a los espacios de entretenimiento, de recreación, a las ferias que se realizaron también en una gran cantidad de ciudades de nuestro país”, agregó.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas reformas a la seguridad social, que finalmente fueron retiradas, y se convirtieron en la exigencia de que renuncie el mandatario.