Vacaciones, mejor sin excesos…

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04 August 2018

¿A partir de cuando envejecemos?, preguntó un joven de unos 25 años a un médico geriatra en una entrevista en televisión… La pregunta se refería a cuándo se inicia la pérdida de habilidades y capacidades que se va experimentando con los años… Entonces yo rondaba los 40… La respuesta del geriatra me impactó… ¡Envejecemos desde que nacemos!...

Pero, según mi experiencia –y lo digo porque yo, pasados desde hace mucho rato los cincuenta, aún me encuentro muy bien–, creo que la pérdida de capacidades y habilidades se acelera dependiendo de “cómo” se vivió las etapas de la vida, desde la prenatal, la niñez, la pubertad, la juventud y la adultez…

Y de aquí mi advertencia a los jóvenes sobre los excesos, que aparentemente el organismo asume como normales y en pocas horas se recupera… En realidad, cada exceso deja una huella camuflada que reaparece cuando se llega alrededor de los cincuenta, y como decimos, los órganos empiezan a pasar cada uno su factura en términos de visita a los médicos, medicinas y principalmente con las dolencia y sufrimientos respectivos, propios y de la familia…

Las vacaciones se conocen desde el tiempo de los romanos, antes de Cristo, y provienen del hecho de que en julio y agosto, por ser los meses más calientes, se incrementaba el mal olor y la pestilencia en la ciudad y la gente pudiente se alejaba a otros lugares menos contaminados…

Con el tiempo las vacaciones se incluyeron en las leyes laborales para que los empleados gocen de un tiempo de descanso y repongan energías, cambiando de actividad, separándose un tiempo del trabajo, el estrés y las preocupaciones diarias. Por eso son pagadas y su objetivo principal es el descanso, disfrutar más tiempo con la familia y que las vacaciones de cada año queden como buen recuerdo en la mente de los padres y los hijos…

La industria del turismo ha distorsionado el sentido haciendo creer que vacacionar es pasarlo bien consumiendo más de lo normal y viajando, aunque sea endeudándose con las tarjetas…

Desde los Años Sesenta poco a poco las familias han ido disponiendo de vehículos, se ha incrementado el tráfico y los riesgos, y aquí, por la forma desordenada de conducir, también los accidentes, los heridos y muertos en vacaciones…

Si este año sale de viaje en su carro, cerciórese de que está en buenas condiciones, pues no es lo mismo un vehículo en el que una persona todos los días viaja a su trabajo, que el mismo vehículo sobrecargado con la familia y todas las cosas que se llevan cuando van de paseo.

Todos los excesos se pueden evitar: el exceso del tiempo manejando por el cansancio y el sueño, el exceso con la velocidad por las prisas, el exceso del alcohol pensando que bebiendo se divierten más, el exceso en la comida y otros excesos que se cometen en vacaciones…

Si quiere disfrutar de sus años ahora y después de los cincuenta, si ya los tiene o los pasó, lo mejor y más fácil, es que evite los excesos, sobre todo, los que ya sabe que son malos y tendrán repercusiones.

Pásenlo bien, que su familia lo sienta cerca, no desperdicie el tiempo de vacaciones y que se queden en el buen recuerdo porque fueron tranquilas y felices.

Ingeniero

pedroroque@metodopr.com