Este fue el comentario que me hizo un amigo en medio de la reciente erupción del volcán de Fuego, en Guatemala. Un desastre natural que causó grandes estragos, muerte y destrucción. Aunque considero encomiable su cuestionamiento ante la frustración, no necesariamente comparto su conclusión.
El ser humano busca sentido a la vida a partir de su origen, su fin y cuestiona si todo termina con la muerte. Pero el mundo material nos absorbe de tal forma que vivimos día a día, preocupados por satisfacer nuestras necesidades y realizar nuestros proyectos que van desde los intelectuales, profesionales, hasta los económicos entre otros. Vivimos como si esta vida es para siempre, pero lo cierto es que el reloj se detiene en el segundo que llega la muerte. En este punto de la reflexión me pregunto: ¿somos seres materiales para los que la vida termina con la muerte o seres espirituales en un cuerpo material al que trascendemos después de la muerte?
Nuestros ancestros ya cavilaban sobre esto en otras eras. En 1995 los arqueólogos, excavando en el sudeste de Turquía, en la localidad de Gobekli Tepe, encontraron unas estructuras que databan desde 9,500 años antes de Cristo, más de 10 columnas monumentales decoradas con grabados espectaculares. Cada columna pesa siete toneladas y la mayor, de 30 metros, 50 toneladas. Fueron construidas sin ningún propósito utilitario, por miles de cazadores, por agricultores, pertenecientes a bandas y tribus diferentes durante un largo periodo. Aquella magnifica construcción era el primer templo en la historia. Lo que comprueba que desde siempre las poblaciones han sentido la necesidad de rendir culto a un ser superior a ellos y a todo.
Muchos de los grandes científicos como Newton y Einstein creyeron en un Ser Supremo, en un Creador. Pero también hubo algunos que negaron su existencia, como Stephen Hawking. Él decía que “estas cuestiones son filosóficas, pero la filosofía está muerta. No se ha puesto al día con los desarrollos científicos, particularmente de la física”. En su escrito “The Grand Design” trató de dar “respuestas sugeridas por los últimos descubrimientos y avances teóricos”.
Con todo respeto a la genialidad científica de Hawking diré que, si bien nos dice que la filosofía está muerta, él trata de hacerla con base en los últimos descubrimientos de la física cuántica, que sin dudar son sorprendentes y han revolucionado la ciencia, no tardaremos en tener más hallazgos que aclaren cada vez más el funcionamiento del Universo. Admiro grandemente su inquietud y búsqueda de sentido al Universo y a la existencia, pero no sus conclusiones filosóficas.
El Universo es maravilloso, indescriptible y nuestra vida lo es más. Pero cuando vemos las tragedias naturales que nos rodean como terremotos, erupciones volcánicas o inundaciones que producen muertes y destrucción, fácilmente podemos concluir que vivimos en un mundo cruel, especialmente cuando vemos sufrir a un ser querido o su pérdida temprana. En la vida animal también vemos cómo la subsistencia de muchas especies se basa en la destrucción de otras, así los leones se alimentan de venados y las águilas de polluelos.
¿Por qué? “¿No puede haber un Dios, y si lo hay, es un Dios injusto?”. Aunque si comprendiéramos a nuestro Hacedor, sería un ser creado como nosotros. En lo personal me pregunto ¿por qué cuando tenemos algún problema serio, un sufrimiento o la pérdida de un ser querido es cuando nos volvemos a Dios? La respuesta debemos buscarla y encontrarla personalmente. Solo así le daremos sentido a nuestra existencia.
En cuanto a los que seguimos, o procuramos seguir, a Jesús de Nazareth, la pregunta anterior se nos vuelve aún más incomprensible. Jesús, Hombre Dios, no se consideró tan grande como para poder agacharse y lavarle los pies a sus discípulos y luego morir en una cruz. Ese mismo Jesús resucitó, nos ofreció la vida eterna y nos dejó su Buena Nueva, que trasciende toda explicación humana. Esa es su explicación y su enseñanza. Por eso solo Él podrá enseñarnos e iluminar nuestra existencia. Pero ¿nosotros, sus seguidores, esperamos la resurrección y la vida eterna?, ¿esta esperanza ejerce algún rol práctico en nuestra existencia, en nuestra vida diaria? Dejo estas preguntas para cada uno.