Por mis naturales intereses femeninos tan diferentes de los masculinos, los fanatismos futbolísticos están fuera. Pero tratándose de Mundiales, mi panorama cambia radicalmente. Así, en este último fui viendo tristemente caer a mis favoritos países hasta que quedó Croacia punteando fuerte, y, asombrosamente, convirtiéndose en la gran sensación del Mundial del Fútbol de Rusia/2018, conduciéndose a la final al vencer este miércoles a Inglaterra. Hoy domingo jugará contra Francia por el título.
En los mandos, dirigiendo a Modric, Rakitic, Kovacic, Suvasic, Mandzukic y otros grandes del conjunto croata que podría hacer historia, está un entrenador bastante menos conocido, pero actualmente alabado mundialmente, Zlatko Dalic, de 51 años, nacido en territorio bosnio. Futbolista profesional, jugó siempre en la antigua Yugoslavia, sin pena ni gloria.
Su secreto como entrenador, asegura ahora, ha sido la humildad y la constancia, que provienen de su profunda fe católica forjada desde pequeño en la antigua Yugoslavia comunista.
Impresionante es verle públicamente durante el Mundial agarrando con fuerza un Rosario: “Siempre llevo uno conmigo y cuando siento que estoy pasando por momentos difíciles pongo mi mano en el bolsillo, me aferro a él. Luego todo es más fácil”.
En entrevista dada a la radio “Hrvatski Katolicki”, Dalic confesaba: “Todo lo que he realizado en mi vida y en mi carrera profesional lo debo a mi fe y estoy agradecido con mi querido Dios”.
Dalic nunca ha ocultado su catolicismo sino que más bien lo ha reivindicado. En otra entrevista para la revista Glas Koncila, habla de su infancia católica en Livno. “Yo de niño era monaguillo, era feliz yendo a misa, y mi madre me enseñó y transmitió la fe. Soy creyente desde siempre y he educado así a mis hijos. Todos los domingos vamos a la Eucaristía. La fe me da fuerza, siempre llevo un Rosario en el bolsillo y rezo antes de jugar”, explicaba.
El seleccionador croata confesaba que da “gracias a Dios todos los días, porque me ha dado fuerza y fe, que es extremadamente importante, dándome también la oportunidad de hacer algo en mi vida. Para mí y mi familia, la fe y Dios están presentes diariamente”.
Preguntado por los sufrimientos o los fracasos de la vida, Dalic afirmaba que “cada uno, de una u otra manera, carga con su cruz. Hay momentos difíciles en la vida en los que no debemos rendirnos, ni hundirnos. Con la fe uno puede regresar mucho mejor al camino correcto. Da fuerza y ayuda llevar la cruz y luchar con ella. En situaciones que parecen no tener solución, también las hay, pero hay que confiar”.
Casado y padre de dos hijos, la familia es su otro gran pilar primordial unido a su fe. “Me he dado cuenta de que un hombre necesita una familia, no solo trabajo y dinero”.
Dalic no es el único miembro de la selección croata que tiene profundas convicciones religiosas. El centrocampista (del Real Madrid) Mateo Kovacic es también católico declarado. Al igual que su entrenador, fue monaguillo en su parroquia, donde precisamente Kovacic conoció a la que hoy es su mujer, entonces una de las niñas del coro.
Kovacik, asiduo a Medjugorje, donde la Virgen María se apareciera milagrosamente a varios jovencitos locales, el jugador croata afirma “No tengo problemas en decir que creer me fortalece”, “ni en reconocer que normalmente, debajo de la camiseta del equipo, me pongo una camiseta con una imagen de Jesús”.
Estuve en 1990 en esos maravillosos lugares santos de Medjugorje en Bosnia, lugar donde nació Zlatko Dalic —ahora famoso entrenador. Por la evidente protección de María a Croacia, veo difícil que Francia gane hoy y el primero haga historia.
Graduada del Conservatorio de
Montreal (Rama Ópera-Lírica).
Licenciatura en Desarrollo Infantil
y Relaciones Humanas. Escritora de
Libros: “Al Filo de mi Pluma” y “Mi boda”.