"Alma mater" es una de esas curiosas palabras del antiguo latín, que han pasado por múltiples malinterpretaciones, muchos le atribuían y desafortunadamente todavía lo hacen, el significado de “alma materna”. Sin embargo la palabra latina correspondiente a “alma” es animae, por lo que el concepto no se refiere a la traducción antes descrita.
El significado correcto de “Alma Mater” es el de “madre nutricia” o “madre que nutre”. (mater: madre y alma: nutrición). “Alma” se utiliza como adjetivo calificativo y no como sustantivo.
Fue así como los antiguos romanos utilizaron Alma Mater para designar a algunas diosas: Ceres (agricultura y cosechas), Venus (fertilidad) y Tellus (de la tierra) todas ellas consideradas diosas-madre, por su relación con la alimentación, nutrición y crecimiento. Con la llegada del cristianismo primitivo, se comenzó a usar el término Alma Mater para referirse a la Virgen María en el sentido que era el personaje encargado de nutrir la fe de los nuevos creyentes.
A finales del Primer Milenio y con el aparecimiento de las universidades en Europa, se comenzó a utilizar el término “Alma Mater Studiorum” para describir estas instituciones, es decir “Madre Nutricia del Estudio”, como una manera para referirse en forma metafórica a los establecimientos educativos que se encargaban de nutrir intelectualmente a las personas y así comparar la adquisición del nuevo conocimiento con una necesidad física básica, la alimentación.
Es en relación con la universidad como Alma Mater Studiorum que en esta ocasión quiero referirme a un acontecimiento académico que merece ser comentado: El evento fue realizado recientemente por la Universidad Salvadoreña “Alberto Masferrer” (USAM) y tenía como objetivo reconocer los logros académicos y profesionales de la primera promoción de médicos graduados de esa Alma Mater hace 30 años.
Importante, en primer lugar, pues se valora el trabajo realizado por un grupo de profesionales que ha invertido más de la mitad de sus vidas en el ejercicio de la noble profesión médica, tiempo durante el cual han asistido a la población salvadoreña en las diferentes áreas de la Medicina.
En segundo lugar, vemos que el evento “celebra en vida” a un grupo de profesionales de la Medicina. Los honores dados mientras aun pueden ser disfrutados, se vuelven lamentablemente una excepción más que una regla.
Y finalmente, pero el punto más significativo, así la Universidad cierra el círculo de la excelencia académica: En el pasado fue generador de nutrición académica para sus estudiantes y en el presente se nutre de la experiencia y logros de sus graduados para acentuar el conocimiento que hace crecer a las instituciones educativas. Solamente de esta forma se podrá tener un futuro académico a la altura de lo que las circunstancias actuales exigen, librándonos así del temor que Alberto Masferrer (1868-1932) manifestaba: “Tal como la vida se halla organizada en nuestros tiempos, un pueblo sin educación será, sin remedio, el esclavo de un grupo de perversos de su propio suelo, o la presa fácil de cualquier nación poderosa que desee absorberlo o dominarlo”.
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