SAN PETERSBURGO. Francia está a un paso de volver a tocar la gloria. Con una generación plagada de estrellas, el cuadro dirigido por Deschamps, campeón en 1998 con los galos, superó a una Bélgica que tampoco se queda atrás por los nombres.
El juego lo ganó Francia en detalles, en un partido de ajedrez parejo, cerrado, con pocas ocasiones pero con buen fútbol por parte de ambos.
Fue el conjunto galo el primero en tocar a puerta. En los primeros segundos, Mbappé dejó a varios en el camino, penetró por derecha y buscó en el área a Giroud, pero estuvo atento Kompany a rechazar.
Tras un ligero dominio de los galos, sus vecinos los belgas tomaron el control de las acciones, y, poco a poco, fueron generando y haciéndose con la mayor posesión del balón. Sufrió Francia como pocas veces en el mundial, sobre todo por el lado de Pavard, por donde Hazard hacía magia.