Al menos 5 personas murieron en los últimos ataques de las “fuerzas combinadas” del Gobierno de Nicaragua contra pobladores que se oponen a la administración de Daniel Ortega, informaron ayer organizaciones humanitarias.
En los ataques más recientes, la mañana de ayer domingo, a las ciudades de Jinotepe y Diriamba, en la zona Pacífico de Nicaragua, tres personas perdieron la vida por disparos de las “fuerzas combinadas”, dijo a la agencia Acan-Efe una portavoz del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Las identidades de los fallecidos no han podido ser confirmadas, debido a que los ataques continúan, pero hay constancia de que los muertos quedaron tirados en las calles, dos de ellos en Diriamba y uno en Jinotepe, explicó la portavoz.
La cantidad de fallecidos podría aumentar, según el Cenidh, ya que los hospitales de ambas ciudades fueron sitiados por las “fuerzas combinadas”, integradas por policías, antimotines, parapolicías, paramilitares y grupos oficialistas, ataviados con armas de guerra.
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Otro joven fue encontrado muerto ayer en la madrugada en Matagalpa, víctima del ataque perpetrado por las “fuerzas combinadas” desde anoche esta ciudad del norte de Nicaragua.
El hombre, que tampoco ha sido identificado, fue encontrado sin vida en la cabina de un tractor para trabajos pesados de construcción.
Este domingo también se confirmó la muerte del joven de 18 años Mario Peralta, quien recibió 18 disparos durante un ataque de las “fuerzas combinadas” en la ciudad de León, al noroeste de Nicaragua, según sus familiares.
Cardenal: No es la forma
Mientras, el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, advirtió ayer al Gobierno de Nicaragua que “no es de esta forma que se construye la paz”, en referencia a los ataques armados gubernamentales contra la población, que han dejado más de 310 muertos en menos de tres meses.
El reclamo de Brenes ocurrió la mañana de ayer, cuando las ciudades de Jinotepe y Diriamba (Pacífico) eran atacadas por las “fuerzas combinadas” del Gobierno, un día después de que el presidente Daniel Ortega afirmó que continuaría “luchando por la paz”.
“Celebramos esta eucaristía en este ambiente de penitencia, de tristeza, de dolor, porque (esa) no es la forma en que se construye la paz”, dijo el cardenal durante la homilía en la Catedral de Managua.
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Brenes señaló directamente a Ortega, a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y al segundo jefe de la Policía de Nicaragua, Francisco Díaz, como los responsables de la violencia que atraviesa Nicaragua desde el estallido social del 18 de abril pasado.
“Al señor presidente Daniel, a doña Rosario, al comisionado general Francisco Díaz, por favor, en nombre de Dios, en nombre de este pueblo católico presente en esta catedral, detengan esta acción, que va a llevar más dolor y tristeza. Quiérase o no, esta situación carga sobre sus hombres, familias, y toda la triste Nicaragua”, señaló.