El presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), Thompson Flores, intervino en la batalla judicial entre dos magistrados de dicha corte por la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva y determinó que el expresidente de Brasil continúe en prisión.
Flores respondió así una acción presentada por el Ministerio Público Federal contra la decisión del juez de guardia Rogerio Favreto, quien ayer ordenó la libertad del líder del Partido de los Trabajadores (PT).
“Determino el retorno de los autos al gabinete del juez João Pedro Gebran Neto, así como la manutención de la decisión proferida por él” de que Lula siga en la cárcel, señaló el presidente del TRF4 de Porto Alegre (sur), el tribunal que ratificó la condena en primera instancia de Lula en enero.
La Justicia Federal de Brasil acató este domingo el hábeas corpus presentado el viernes por tres diputados del Partido de los Trabajadores (PT), en el que pedían que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fuera liberado por no haber fundamento jurídico para su detención.
El recurso fue concedido por el juez de segunda instancia del Tribunal Regional Federal de la 4ta región, Rogério Favreto, y suspendía la ejecución de la pena de 12 años y un mes por el caso de corrupción alrededor de un departamento de Lula en San Pablo, según reportó Estadao.
La orden de liberación firmada por el juez Rogério Favreto.
Sin embargo, casi inmediatamente después de conocerse la decisión, el juez Sergio Moro, quien condenó a Lula, aseguró que Favreto es “incompetente” para tomar la decisión, acrecentando la incertidumbre.
Lula continuará en prisión por orden del juez Lava Jato
“Si un actor o autoridad policial cumple la decisión de una autoridad absolutamente incompetente, estará incumpliendo la orden de prisión emitida por el colegiado del Tribunal Regional Federal de la 4ta región”, manifestó Moro en un comunicado.
En medio de esta confusión, Favreto reiteró a la Policía Federal su orden de liberación y el “inmediato cumplimiento de la decisión desde inicio de la mañana del presente día”, reportó O globo.
El juez João Gebran Neto, instructor del caso Lava Jato en un tribunal de segunda instancia, revocó la orden de liberación y pidió a la Policía abstenerse “a practicar cualquier acto que modifique la decisión colegiada”.
No obstante, Favreto, tras los fallos de Moro y Neto, reiteró su decisión y ordenó la liberación del ex presidente de Brasil. “Reitero el contenido de las decisiones anteriores, determinando el inmediato cumplimiento de la medida de liberación en el plazo máximo de una hora”, escribió después de las 16:00, hora local, el juez de la TRF4.
Tras esta batalla judicial desatada ayer, Thompson Flores resolvió que el exjefe de Estado permanezca en prisión.
Lula se encuentra en prisión en Curitiba desde el 7 de abril, cuando se entregó en la Superintendencia de la Policía Federal para cumplir su condena.
El expresidente de 72 años mantuvo siempre su inocencia en el juicio por corrupción y lavado de dinero ligado a la empresa Odebrecht, y aún en prisión aseguró que competirá en las elecciones presidenciales pautadas en Brasil para octubre.
Al respecto, Favreto argumentó en la justificación de su decisión que el encarcelamiento atentaba contra el derecho de Lula a ser candidato a Presidente de la República en los próximos comicios.
“Y en la etapa actual, la ilegal e inconstitucional ejecución provisional de la pena impuesta al expresidente Lula no puede castigar sus derechos políticos, tampoco restringir el derecho a los actos inherentes a la condición de precandidato al cargo de Presidente de la República”, afirmó Favreto.
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Ante lo sucedido, la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, apuntó contra el juez Moro y llamó a “una gran manifestación” en todo Brasil.
“Si por acaso hubiera un golpe en relación a eso, alguna razón de la Justicia brasileña para intentar impedir la liberación de Lula, tenemos que hacer una gran manifestación. Una gran manifestación en Curitiba, y en todos los lugares del país también”, manifestó en un video.
Favreto, exmiembro del PT
Según informa el periódico bresileño Folha de Sao Paulo, Favreto, de 46 años, estuvo afiliado al Partido de los Trabajadores (PT, movimiento liderado por Lula) durante casi dos décadas, luego de inscribirse en la agrupación en diciembre de 1991.
Tras conocerse su adhesión, según datos brindados por el Tribunal Superior Electoral, el juez se desafilió en 2010, antes de convertirse en juez. El periódico paulista asegura que su madre y una de sus hermanas también se registraron en el PT.
El miembro del TRF-4, con sede en Porto Alegre, fue el único del tribunal que se manifestó a favor de abrir un proceso contra el juez Sergio Moro, líder de la investigación Lava Jato. En su voto, lo acusó de tener “índole política” en su accionar.
El pronunciamiento ocurrió cuando Moro estaba bajo escrutinio por haber hecho público el contenido de conversaciones telefónicas privadas entre la entonces presidente, Dilma Rousseff, y su antecesor en el cargo.
Durante el gobierno de Lula, Favreto ocupó varios cargos en el Ministerio de Justicia. Su nombramiento se produjo en junio de 2011.
Actualmente está encargado de revisar las decisiones de primera instancia de Curitiba, con foco en los procesos civiles de la investigación Lava Jato.
Luego de pedir la liberación de Lula, Sergio Moro aseguró que Favreto no tenía competencia para tal pronunciamiento. Sin embargo, el juez emitió una nueva orden de liberación para el expresidente.
Presidenta del Supremo: “Justicia es impersonal”
La presidenta de la Suprema Corte de Brasil, Carmen Lucia Antunes, salió al paso tras la batalla judicial iniciada en Brasil por la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y aseguró que la Justicia es “impersonal” y sus “ritos” deben ser “respetados”.
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Sin citar hechos concretos, Antunes resaltó que la democracia brasileña es “segura” y que los órganos judiciales de cada región deben “actuar para garantizar que la respuesta judicial sea ofrecida con “rapidez” y sin quebrar “la jerarquía”.
La nota de Antunes fue divulgada después de la polémica decisión del juez federal de turno del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TFR-4), Rogerio Favreto, quien ayer ordenó liberar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, tras ser señalado de recibir un apartamento como pago por un millonario contrato con la contratista Odebrecht.
En un momento, las decisiones antagónicas de los juzgadores en este caso dejaron a la Policía Federal de Curitiba, capital del estado de Paraná, atada de pies y manos.
Lula fue condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en el marco de la operación Lava Jato.
Lula fue enviado a prisión bajo la orden del Supremo Tribunal Federal de Brasil que, tras más de nueve horas de deliberación, tomó la decisión de ordenar el arresto para el exmandatario.
En 2016, Lula da Silva también fue interrogado por presunta corrupción en el escándalo de la compañía estatal petrolera Petrobras, año en el que aceptó ser ministro de su sucesora, Dilma Rousseff, recibiendo inmunidad en la investigación, nombramiento que fue bloqueado días después por un juez federal.
Por otra parte, dirigentes de sindicatos y movimientos sociales afines a Lula han anunciado que realizarán marchas y huelgas en todo el país para exigir la liberación del expresidente de Brasil (2003-2010).
El dirigente nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Joao Pedro Stedile, aseguró a finales de la semana pasada que la militancia popular brasilera saldrá a juntar firmas para conseguir la liberación de Lula.
Esa misma organización pretende realizar una marcha en la ciudad de Brasilia, capital del país sudamericano, como medida de presión para que a Lula se le permita ser aspirante a la presidencia para los próximos comicios de octubre.
También tienen previsto asistir al Supremo Tribunal Federal para exigir a los jueces la revocación de la orden de prisión para su líder sindical.