El Plogging es una nueva tendencia que combina el correr, una de mis pasiones, y el compromiso con el medio ambiente. Se trata de salir a correr como lo hacemos con frecuencia y al mismo tiempo recoger la basura que encontremos en nuestro recorrido.
Casi siempre corro por la madrugada; cuando lo hago aún está oscuro, logro gozar de la tranquilidad que reina por la poca circulación de vehículos, lo que permite hacer ejercicio con más seguridad y disfrutar de lo fresco que aún se siente a esa hora.
Cuando corro me fijo en detalles de la calle, las aceras, los arriates con jardines y algún parque que se cruza en el recorrido; uno también empieza a ver colegas corredores disfrutando del ejercicio; pero al ser más observador, en algunos lugares es difícil ser indiferente a la basura que se puede encontrar en la calle, fenómeno que no solo lo vemos aquí sino en muchas partes del mundo. Puede ser que uno este ya acostumbrado a ver eso todos los días y le resulte indiferente o hasta parte del día a día, pero pensándolo bien, está muy mal.
Me llamó mucho la atención darme cuenta de que unos colegas corredores en Estocolmo, Suecia, han surgido con esta modalidad de hacer ejercicio, correr y recoger basura, a lo que han denominado plogging, modalidad que se está practicando ya en muchas ciudades del mundo. Esta palabra tiene su origen en la fusión del término “running” y la expresión sueca “plocka upp”, que quiere decir recoger.
Motivado por la iniciativa de un grupo de amigos aquí en San Salvador he tenido la oportunidad de salir en modalidad plogging un par de ocasiones. ¿Cómo nos preparamos? Como siempre, con ropa y zapatillas adecuadas y a lo que añadimos una o dos bolsas de basura.
Sin duda uno no logra avanzar tanto como si nos dedicáramos solamente a correr, pero al final nos queda la satisfacción de que estamos haciendo algo bueno. Por otro lado, el estar agachándose para recoger cada objeto, ejercita otros músculos que fortalecen las piernas. Quedé impresionado de ver cómo 9 corredores pudimos llenar más de 20 bolsas de basura en un lapso de 40 minutos. Logramos recoger mucha bolsa y botellas plásticas, papel, cartón, latas, platos de comida y hasta botellas de vidrio entre otras muchas cosas más.
Estoy consciente de que esta actividad no resuelve el problema de basura en las ciudades. Temporalmente tal vez logramos mantener limpias un par de cuadras por algunas horas. El problema es más de índole cultural. Una actitud profunda y consciente de no botar basura desde la ventana del carro, del bus o ya sea que vayamos caminando. Me imagino a esa misma persona botando basura en la sala de su casa.
Quizás es sea algo fácil de hacer, pues botar la basura en la calle resulta cómodo y algunos pueden pensar que es práctico, pero la ciudad y principalmente las calles no son ningún basurero. También es cierto que hacen falta basureros, pero aún sin ellos no tenemos por qué tirar los desechos en cualquier lugar de la calle. Bien podemos esperar llegar a nuestro destino y allí depositar la basura en su lugar. Una actividad de estas genera conciencia ecológica, nos hace más conscientes de no ensuciar donde sea que estemos y a propagar este ambiente de limpieza con los que nos rodean.
Invito a los distintos grupos de corredores o personas independientes para que lo hagan al menos una vez al mes como una actividad distinta o de integración y así hagamos conciencia en nuestros actos de reducir la basura y colocarla en su lugar. Es más, aprendamos a no ensuciar. No esperemos que otros hagan, hagamos lo que nos corresponde y lo que de nosotros depende.
Ing. Mecánico con posgrado en
Gestión de empresas en la Pontificia
Univ. Católica de Chile
@juanpablogalvezesa