El mundo al revés

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06 July 2018

San Salvador está sin agua desde hace casi una semana y todavía no se sabe a ciencia cierta cuándo se restablecerá completamente el suministro. La razón de la escasez es supuestamente la falla de algunas tuberías madres. ANDA ha dicho que esta falla se ha debido a facinerosos que desarmaron partes de las tuberías para robar componentes de ellas. La Policía Nacional Civil ha aclarado que no ha habido tales robos y que la falta del agua se debe al colapso de varias cañerías por falta de mantenimiento.

Estos problemas no son sorprendentes. ANDA se ha manejado pésimamente desde hace décadas y especialmente en los últimos dos gobiernos. Más del 50 % del agua que bombea se escapa de las cañerías. La ciudadanía paga más del doble por el agua que consume —una vez por lo que usa y otra vez por la que se pierde en el trayecto hacia su casa. ANDA tiene una deuda enorme con la CEL y con el gobierno central que en algún momento se pagará con impuestos de la ciudadanía. Hay muchísimo para protestar contra el caos administrativo que el FMLN ha creado en el ANDA y contra el pago de tarifas que se han aumentado mientras la calidad del servicio no ha mejorado. Deberían haber manifestaciones masivas contra este desastre.

Lo extraordinario es que sí hay protestas sobre el agua, pero que estas protestas no son dirigidas contra el FMLN, que es el culpable de que haya un millón de personas sin agua en la capital del país, sino contra ARENA, que, sin ninguna prueba, es acusada de querer privatizar el servicio de agua. Para mostrar que no quiere hacerlo, ARENA hasta ha presentado una reforma constitucional para enfatizar algo que ya dice la Constitución: que el agua es patrimonio del Estado.

La acusación viene de tres grupos que obviamente se han coaligado para tratar de evitar que ARENA, después de dos gobiernos desastrosos del FMLN, pueda acceder al gobierno.

El primer grupo es el FMLN mismo, que claramente está buscando una manera de esconder su terrible fracaso administrativo con un truco cuyo éxito debe estar sorprendiendo a sus propios dirigentes.

El segundo grupo es Nuevas Ideas, que está tratando de conseguirse un programa de acción contra un enemigo que no existe para, como obviamente es su propósito, ayudar al FMLN a eliminar del todo a ARENA.

El tercer grupo es la Iglesia Católica, que, con objetivos también claramente políticos aunque insospechados en una organización religiosa, ha estado promoviendo la falsedad de que ARENA ha buscado privatizar el agua. La Iglesia no solo ha dado credibilidad a lo que es una calumnia, sino también la ha promovido activamente, pidiendo en las iglesias a los feligreses que firmen peticiones contra la imaginaria privatización.

De esta forma estos tres grupos están tratando de influenciar a mucha gente para que voten por el FMLN para la Presidencia de la República, y hay mucha gente que, a pesar de que saben el daño que el FMLN ha hecho a nuestro país y el mucho mayor que le haría si llegara a ganar una tercera vez, están dispuestos a que el país se hunda porque creen que esa es la voluntad de Dios, expresada por los sacerdotes en las iglesias, que protegen al FMLN inyectando odio contra ARENA. No hay manera de escapar la conclusión de que los tres grupos trabajan juntos para destruir la única fuerza política que puede evitar que se forme la tiranía más terrible que este país podría tener en su historia. Esta alianza entre estos tres grupos es mucho más fuerte que los ataques verbales que el FMLN y Nuevas Ideas puedan haberse lanzado entre sí sin consecuencias en los últimos meses.

La gente que firma estos documentos debe estar consciente de que al apoyar esta calumnia están ayudando a atacar a la única oposición real que el FMLN tiene en ARENA. Debe meditarlo, especialmente ahora que es obvio para todos que el FMLN apoya consistentemente a los regímenes asesinos del FSLN en Nicaragua y del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela, mostrando su desprecio por la vida de los ciudadanos con tal de mantener su poder. Hacia allá vamos si no reaccionamos.

Máster en Economía

Northwestern University.