El candidato Presidencial de ARENA, Carlos Calleja, ha expuesto en reiteradas ocasiones, de manera pública y privada, su compromiso para recuperar, reactivar y devolverle el lugar que merece el sector agropecuario y la agroindustria, que por su excelente efecto multiplicador genera miles de empleos. Estos sectores son claves al estar conformados por personas emprendedoras que con su esfuerzo diario contribuyen a la seguridad alimentaria y al desarrollo económico y social del país.
Se necesita estimular y premiar a quienes desafían la inclemencia del sol o de la lluvia para criar animales, o para abrir surcos en la tierra, sembrar y cultivar los alimentos agrícolas y los pecuarios, para que estén en nuestras mesas. Una política gubernamental agropecuaria debe de estar consciente que se debe recompensar ese esfuerzo para que no se empobrezca el campo, para que el bienestar de nuestras mesas esté de la mano con el bienestar de los agricultores, ganaderos, avicultores, lecheros, pescadores y trabajadores agrícolas. Así, tomando en cuenta las realidades actuales de nuestra agricultura, es indispensable contar con un marco legal que garantice el derecho a la propiedad de la tierra en adecuadas condiciones contractuales de arrendamiento. Se requiere como la única vía que propicie el uso racional de las cuatrocientas mil manzanas de tierra que se estiman están ociosas, sin cultivar.
Como pudimos apreciar en la reciente campaña electoral, hoy se cuenta con un referente político en la Asamblea Legislativa que públicamente se comprometió a sacar un instrumento legal, menospreciado por muchos años y tan necesario hoy en día. Por su parte, ARENA se comprometió a aprobar dentro de su plataforma legislativa 2018-2021, el legislar un marco legal para incentivar la producción agrícola, mediante contratos de arrendamiento de tierras con vocación productiva. Desde hace años se busca tener un instrumento legal que ofrezca certeza jurídica para la reactivación de tierras ociosas e inactivas, como sería la promulgación de una Ley de Arrendamiento de Tierras.
La baja producción y el alto desempleo, a resultas del abandono de propiedades por la inseguridad y las extorsiones, castigan a los productores, les obliga a que para llegar a su propiedad y sacar sus cosechas paguen seguridad privada y eventualmente la extorsión. Como objetivo primordial se requiere la reversión de esta dramática situación, lo que pasa por establecer políticas de Estado capaces de garantizar la seguridad alimentaria y la intensificación sostenida de la producción agropecuaria.
Formular políticas públicas acertadas que logren incentivar la intensidad de la producción agropecuaria contribuirá a un cambio ambiental menos adverso. El acierto de políticas hacia el parque cafetero será ejemplo claro de esta contribución.
A los pequeños agricultores de granos básicos se les debe asegurar fortalecer la entrega de paquetes agrícolas, con semilla de alta productividad y fertilizantes; incluyendo herramientas para uso seguro de plaguicidas y la asistencia técnica del Centa. Además, el fortalecimiento de los canales de comercialización para que el productor obtenga un precio justo por su cosecha.
También es importante incluir la coordinación interinstitucional con la PNC, FGR, Aduanas, Salud, entre otros, para reducir la delincuencia, el contrabando, fortalecer el sistema de normas de calidad y salubridad, y combatir frontalmente el cuatrerismo. Estas deberían de ser como mínimo algunas de las medidas para recuperar el sector agropecuario e impulsar la agroindustria. Juntos debemos salvar el agro y nuestro país.
Resulta indispensable proponer una Política Agropecuaria y Agroindustrial integral, con visión de largo plazo, con atención a los diferentes sectores para dinamizar las inversiones y las actividades productivas; y así, abastecer el mercado interno, aumentar las exportaciones y aprovechar nuevos mercados. El objetivo debe apuntar hacia una agricultura moderna, rentable, competitiva y sostenible.
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