Elecciones federales y locales concurrentes, el posterior conteo de votos y la transmisión de la información forman parte de la compleja maquinaria que será sometida a una dura prueba este domingo en México.
Con 3,406 cargos en disputa, entre ellos el del próximo presidente de México, y con 1.4 millones de funcionarios operando 157,000 mesas de votación, el mecanismo echará a andar para la elección más grande en la historia del país, a la que están llamados 89.1 millones de ciudadanos.
“Estas elecciones son, por mucho, no solo las más grandes, sino también las más complejas en términos de su organización, tanto por las cifras como por el número de cargos”, dijo en entrevista Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE).
“Visto el número de cargos en disputa, la intensidad de la contienda política es enorme”, apuntó.
Para Córdova, durante el proceso electoral el organismo a su cargo enfrentó los mismos desafíos que se están presentando en los sistemas democráticos en el mundo, como la proliferación de desinformación y la difusión de noticias falsas.
El punto clave de la elección es la instalación y operación de las mesas de votación única, en las que se sufraga al tiempo por cargos federales y locales en las urnas correspondientes.
Córdova explicó que el 96 % de las mesas que se instalarán en el país son únicas y solamente las de Baja California y Nayarit, estados que no tendrán renovación de ningún poder local, no lo serán.