El juez ya estableció que hay peligro de fuga en el caso de Pignato

La movida de las firmas indica que los efemelenistas están meneándose para ver en qué forma logran que Pignato salga a toda costa, sin importarles el riesgo de que ponga los pies en polvorosa.

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27 June 2018

Recoger firmas para pedir que un procesado, en este caso la señora Pignato, sea procesada en libertad, con el consabido peligro de que se escape como ya lo hizo su exconsorte Funes, es el equivalente a presionar indebidamente a un juez, máxime si son funcionarios del Ejecutivo los involucrados y la existencia de turbas como la que atacó la Asamblea Legislativa.

Administrar justicia no es montar plebiscitos o hacer encuestas para determinar si alguien es inocente o culpable. Y el juez respectivo debe proceder de acuerdo con pruebas, con los procesos que la ley determina, con su buen y sano criterio, pues aceptar una presión es caer en prevaricato, en decidir por temor o por interés y no ciñéndose a lo que la ley determina.

El juez no solo debe negarse a recibir a quienes llegaran con legajos de firmas, sino ordenar su captura por el intento de torcer la ley.

Las firmas son el equivalente a que un extraño al juicio se presente al tribunal y amenace al juez y a testigos con represalias.

Según la acusación de la Fiscalía, Pignato se sirvió con cuchara grande del botín que la Fiscalía atribuye a Funes haber robado, una cifra que por ahora ronda en los trescientos cincuenta y un millones de dólares pero que puede ser mucho más, de acuerdo con lo que ha adelantado el Ministerio Público.

La Fiscalía todavía no ha promovido el proceso por las irregularidades denunciadas en el hoyo de El Chaparral, por el que se afirma que se pagó un sobreprecio de varios millones de dólares en el gobierno de Funes a pesar de que la obra quedó inconclusa.

Pignato pagó con fondos públicos, de acuerdo con lo revelado hasta hoy, ciento sesenta y seis viajes de sus parientes, por lo que calculando unos diez mil dólares como promedio, un aproximado modesto, supera los tres cuartos de millón de dólares.

Y no iba a ser esta señora la que ignorara que los despilfarros, viviendas de lujo, contrabandos, etc., no eran una normal parte de los ingresos de un presidente o funcionario.

¿De dónde salieron los grandes salarios para pagar al cuñado y la hermana de la Pignato por cuidar al hijo de ambos? Adivine el adivinador.

Las firmas son una presión

indebida hacia el juez

La movida de las firmas indica que los efemelenistas están meneándose para ver en qué forma logran que Pignato salga a toda costa, sin importarles el riesgo de que ponga los pies en polvorosa, se dé a la fuga, escape a la justicia, como teme el juez.

Y tal cosa indica que el juez debe ordenar que Medicina Legal determine si hay una razón de peso para que ella esté recluida en una clínica, aun con custodia, y no en la cárcel como acusada de ser partícipe de uno de los más grandes saqueos a las arcas nacionales.

¿Qué haría el juez si después de autorizar que a Pignato la “procesen en libertad”, ella amanece en Río de Janeiro dándose un baño en la playa y haciendo gestos con su mano a todos los saqueados salvadoreños?

Brasil no ha firmado ningún tratado de extradición de delincuentes con El Salvador, y menos tratándose de un miembro del partido de Lula.

Administrar justicia no es asunto de recoger firmas...