La felicidad en un mundo materialista

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26 June 2018

El impulso humano de mejorarnos constantemente motiva a los empresarios a darnos cada vez cosas mejores que nos resuelven la vida. El problema es que ese “mejor” nunca termina. Nuestro interminable impulso por más dinero, más cosas y, en general, “más” y “más”, se ha convertido en un círculo de materialismo. Ese mar de mercancías nos coloca como en una carrera interminable por obtener cosas. Sin reflexionar que tal vez estamos corriendo un camino equivocado.

Ese mundo está diseñado de manera que puede deprimirnos. Algunos hasta afirman que la felicidad no es buena para la economía. Si estuviéramos contentos con lo que tenemos ¿por qué necesitaríamos más?

Meditemos los siguientes pensamientos: ¿Cómo se vende una crema hidratante antienvejecimiento? Haces que alguien se preocupe por el envejecimiento. ¿Cómo optimizar las compras de seguros? Provocando preocupación por todo, especialmente los posibles siniestros. ¿Cómo logras que se haga una cirugía plástica? Resaltando supuestos defectos físicos. ¿Cómo logras que compre un nuevo “smartphone”? Vinculando los conceptos de obsolescencia y prestigio. Estar tranquilo es una especie de acto revolucionario. Estar cómodos, a gusto con nuestro desordenado ser, no es bueno para los negocios.

Una economía de consumo tiene problemas cuando demasiadas personas deciden que “necesitan” menos. Todos queremos la felicidad, sin embargo, a veces somos incapaces de definir lo que nos hace feliz. Qué diéramos por ser capaces de dibujar nuestro propio mapa del tesoro y colocar la “X” donde deseemos. Hay buenas y malas maneras de hacer esto. La peor es definir tu felicidad en relación a los demás. Así es como entramos en la carrera de una rueda sin fin. Además, se crea un estándar en el cual tu propia felicidad depende de que otros fallen. Tristemente, gran parte de Wall Street piensa de esa manera y produce personas profundamente infelices.

Otro peligro que existe son las aspiraciones, tan necesarias a nuestra humanidad. Nos llevan a trabajar duro y a pensar creativamente. Definir el éxito demasiado bajo puede que no logres todo tu potencial.

Personalmente, creo que el dinero es solo un punto de referencia, necesario y a la vez, como decía Masferrer, terrible. Lo usamos porque es conveniente, unidad de medida, medio de pago y reserva de valor; pero se convierte en un fetiche que puede embelesar al ser humano (ejemplo: gobernantes). Si la felicidad significa tener todo lo que queremos, en la vida podemos ir tratando de obtener insaciablemente todo lo material.

Recientemente me encontré con un artículo de The Wall Street Jornal (TWSJ) sobre Izzy Stradlin, ex guitarrista de Guns n’ Roses. Él luchó contra la adicción a las drogas dejando a la banda en su apogeo. Décadas más tarde, todavía está vivo y haciendo música. TWSJ citó una entrevista en la que Stradlin dijo que conseguir un perro ayudó a “mantener mi perspectiva, ver la vida a través de los ojos de un perro”. Te está yendo bien si tienes comida, un lugar para dormir y alguien que te acaricie. Eso es verdad, pero en la realidad los humanos generalmente queremos un poco más.

El corazón de un hombre y una mujer nunca se sacia con las cosas ¡nunca!, un hombre puede ser el dueño del mundo entero no va a ser feliz por eso, una mujer puede ser dueña del universo, no va a ser feliz, la felicidad no nos viene de las cosas que tenemos, las cosas son cosas, y mientras son cosas, pasan, se ajan, se terminan, por eso es que las cosas nunca pueden llenar plenamente el corazón, nos alegran, nos ayudan, pero no son la plenitud del corazón.

No hay alegría más grande que el amor y esto solo es posible en Cristo.

resmahan@hotmail.com