El próximo 15 de julio la Corte Suprema de Justicia deberá renovar a cinco de sus magistrados, cuatro de ellos pertenecientes a la Sala de lo Constitucional. Y será tarea de los diputados a la Asamblea legislativa seleccionar a los mejores para el país.
La gran importancia que reviste este tema ha hecho que permanezca en la agenda nacional por meses, llevándonos a lo más básico del asunto como es la clase de abogados que aspiran a estos cargos, y aunque se sabe que en el medio hay profesionales conscientes del compromiso social que el cargo demanda, también existen otros que carecen de las cualidades requeridas y es justo ahí donde los diputados debemos estar aún más atentos.
Yo, al igual que muchos salvadoreños, quiero magistrados, hombres o mujeres, valientes, capaces de enfrentarse a los que pretendan secuestrar nuestras libertades y nuestros derechos; que sean, probos y leales a la patria y no a una ideología.
En la Asamblea Legislativa corresponde a la comisión Política el estudio de perfiles de candidatos a magistrados, con todo lo que ello requiere hasta presentar una propuesta al pleno legislativo.
A pesar de lo anterior y conscientes de la importancia que reviste esta elección, un grupo de diputados hemos comenzado a reunirnos con candidatos a magistrados, a fin de ahondar en los perfiles de los aspirantes, tomándonos el tiempo necesario para conocer más sobre aquellos que aspiran velar por el fiel cumplimiento de los preceptos consagrados en la Constitución de la República. Estamos claros: No podemos equivocarnos.
El Salvador necesita magistrados que promuevan los mecanismos de participación democrática y que hagan efectiva la protección constitucional de los ciudadanos.
Pero también se necesitan ciudadanos que cuestionen, que mantengan alerta sus ojos, pues el proceso de elección de los más altos dignatarios en la justicia debe provocar en la ciudadanía el exigir que el mismo se realice de manera transparente, escudriñando sus hojas de vida y formando en ellos un sentido de responsabilidad ante la sociedad.
Es por ello que, como diputados, no podemos limitar nuestra exigencia a lo que está escrito en un papel, o a una entrevista de cuarenta y cinco minutos. Recordemos que de nuestra decisión dependerá lo que suceda en los próximos nueve años en el único tribunal competente para decidir sobre temas en materia constitucional. Tenemos que ir más allá y tomar en cuenta algunos valores, cualidades y competencias que aumenten la posibilidad de que desempeñen el cargo de forma óptima.
Mantener alto el perfil de los aspirantes a magistrados de la Corte Suprema de Justicia es tarea que debe comenzar desde las aulas donde se imparte Derecho, formar abogados con un alto sentido de servicio, que comprendan lo que pertenecer al sistema judicial significa, un sistema que necesita magistrados que culminen ahí una carrera proba al servicio del Derecho, que es lo mismo que servir a la sociedad.
Diputada