En el Oracle Arena se enfrentaron los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers en una lucha imperial por dar el primer paso para construir el ansiado campeonato. El equipo dirigido por Steve Kerr sudó y en serio para lograr la victoria por marcador de 124-114.
La batalla por la victoria fue sumamente pareja, un auténtico duelo de titanes se dio en la duela. Volcadas, tiros de tres, unas tapadas increíbles; al juego uno de las finales de la NBA no le faltó absolutamente nada. Tuvo toda la adrenalina, el picante, y hasta un poco de sangre.
Pasó que Draymond Green intentó bloquearle un tiro a LeBron James, pero uno de los dedos de su mano izquierda colisionó con el ojo izquierdo de “The King”, quien resintió el arañazo que menos mal, se dio en el iris de su ojo. Solo fue el susto.
Un duelo muy táctico
Todos los periodos fueron muy reñidos. Un LeBron pletórico fungió como líder no solo en puntos sino también en la generación de juego, así como en unas búsqueda desuda de espacios de penetración para atacar el vidrio.
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A pesar de los descomunales esfuerzos por liderar la victoria, LeBron solo no pudo, pero cosechó 51 puntos.
Curry, con menos puntos, fue más decisivo para la victoria de Golden State, ya que supo “pegar” en los momentos más importantes del juego, y sumó un total de 29 puntos.
El juego se fue a tiempo extra, pero al final del mismo, un incidente entre Curry, LeBron, y varios implicados más, opacó la dulce victoria de los Warriors a falta de dos segundos en el luminoso. El juego dos es este domingo. Serie 1-0 a favor de Golden State Warriors.