El Salvador enfrenta un reto ante la necesidad de implementar programas de saneamiento del agua, que no solo impidan la continua contaminación del recurso, pero también recuperar los puntos que ya han sido contaminados por años.
“Los tipos de problemas que Estados Unidos enfrentó serán similares a los de El Salvador mientras comienza sus programas de saneamiento”, dijo Bennette Burks, experto en tecnologías de descentralización del saneamiento de las aguas de Estados Unidos.
Burkes expuso que cuando el país norteamericano decidió impulsar el tema del saneamiento se enfrentó al problema de implementar regulaciones para imponer estándares de sanidad. Pero una vez se implementaron ocurría que estos daban preferencia a ciertos tipos de suelos y sitios, generando conflictos que limitaron el desarrollo de tecnologías alternativas para el saneamiento, de acuerdo a las necesidades de cada zona.
Esto dio lugar a que se generara otro tipo de contaminación del agua con elementos como el nitrógeno y fósforo. Finalmente, el país ha logrado llegar a una etapa más tecnológica e integral para abordar el problema, desde las industrias hasta los dueños de viviendas.
Todo este proceso ha tomado alrededor de 100 años a Estados Unidos, dijo Burks. Sin embargo, consideró que El Salvador tiene el beneficio de saltar al proceso ya en el momento en que las técnicas han avanzado más.
Expuso que en este proceso lo más básico es ganar el soporte del público, a través de regulaciones que generen menor impacto a la población. Por ejemplo, no se puede exigir de la misma forma a una fábrica y a un dueño de una vivienda para que se ajuste a los cambios.
Burks sostuvo que los planes de saneamiento deben ser descentralizados y a escala nacional, no se pueden enfocar solo en un factor, como la industria o solo en una zona. “Los dueños de las casas también deben instalar sistema de tratamiento de aguas residuales”, dijo.
John McCormack, de la empresa Aberdeen, dijo que los pozos sépticos son obsoletos; pues, en muchos casos, estos permiten que los desperdicios vayan directamente a los mantos acuíferos generando contaminación. Sin embargo, los pozos sépticos todavía son utilizados de forma generalizada en ciertas zonas del país.
Burks dijo que el país debe iniciar con establecer los estándares mínimos de saneamiento, después el nivel de la regulación puede limitarse de acuerdo a las circunstancias de cada caso, si se trata de una casa, de un edificio o de una fábrica.
Las técnicas de saneamiento también deben dirigirse según la necesidad de cada circunstancia en particular. Por ejemplo, si ha sido un río o corriente que es un punto en el que se vierten residuos de forma directa.
El Congreso Regional del Recurso Hídrico, Hidro 2018, fue organizado por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) y se lleva a cabo desde ayer.
“Nuestro objetivo principal es el de discutir este tema tan importante. ¿Cómo podemos cuidar el recurso?, ¿cómo podemos usarlo de forma más eficiente en nuestros procesos? y ¿cómo podemos tratarlo después?”, expuso Francisco Quintanar, de la gerencia de energía de la ASI.
Quintanar aseguró que desde la ASI consideran que cuidar el medio ambiente y desarrollar la economía son dos acciones que deben ir de la mano. Señaló que han detectado que existe la barrera de cómo se usa la tecnología.
“El principal objetivo es tratar de darle herramientas a la industria para que sepa cuál es el camino que debemos seguir, como tratar el recurso hídrico que es tan importante para la industria”.
Quintanar añadió que con el congreso, y al darle relevancia pública al tema del agua, buscan educar a la industria para que sepan identificar cómo usan el recurso, qué deben cambiar para usar el agua de forma eficiente y cómo tratar el tema de los residuos industriales.
La importancia de las leyes
“Al final todos queremos la misma meta, queremos tener un suministro sostenible y un uso sostenible del agua. Todos lo quieren. La pregunta es ¿por qué no podemos llegar a eso a través de esta herramienta que es la ley?”, preguntó Joachim Monkelbaan, experto de Suiza en el tema de gobernanza del recurso hídrico. Monkelbaan vaticinó un futuro difícil. El país enfrenta el cambio climático, el aumento de la población y la urbanización, así como la cantidad de casas e infraestructuras construidas sin sistemas de tratamiento del agua.
“Lo que veo es que no solo se necesita una ley rigurosa, porque el sector privado necesita estabilidad para invertir, el sector privado quiere estar seguro que recuperarán su inversión, pero también se necesita más flexibilidad y capacidad de adaptarse ante futuras crisis. Ese es el desafío que se enfrenta en todo el mundo, no solo en El Salvador”.
Monkelbaan añadió que un factor importante que impide la sostenibilidad del agua es la falta de gobernanza. Esto implica que existan buenas instituciones que rindan cuentas, leyes adecuadas y el involucramiento de todos los sectores, desde el gobierno, las instituciones, como los consumidores: “El problema que veo con la gobernanza del agua es que el sector del agua está muy politizado”.
Monkelbaan ha visto las propuestas de ley del agua del país, consideró necesario que se logre tener una institución independiente frente al tema del agua, que se base en investigaciones independientes y en decisiones racionales.
La ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, también participó en el congreso y dijo que el agua es un recurso importante en el tema de la competitividad y del desarrollo económico, pero que no debe dejarse de lado que es también de calidad de vida para la población.
Pohl consideró que se ha avanzado en mejorar la calidad del agua con el trabajo de las empresas que han comenzado a instalar plantas de tratamiento eficientes, pero que aún hace falte más: “Sin una ley general de aguas, sin una institucionalidad que articule todos esos esfuerzos no vamos a hacer una transformación”. La ministra reiteró que esta institucionalidad debe estar en manos del sector público.