Edmundo Jarquín, excandidato a la presidencia por el Movimiento Renovador Sandinista en 2011, conoce las entrañas del sandinismo, algo que considera separado del “orteguismo”, es decir el régimen que encabeza Daniel Ortega en Nicaragua. Cree que las reformas al Seguro Social de ese país solo son “el detonante”, a lo que sigue una serie de “agravios” del gobierno en los últimos 11 años.
¿Qué vive exactamente Nicaragua en estos momentos?
La estabilidad autoritaria con crecimiento económico que ha sido el rasgo fundamental del régimen de Ortega durante un poco más de 11 años ha llegado a su fin, por la culminación de agravios que él ha venido imponiendo a la población nicaragüense en diferentes campos, económico, social y político. Hasta el momento la gente aceptaba por temor o indiferencia la situación de construcción cada vez más férrea de un régimen autoritario que ha revertido todo el proceso de construcción democrática que se inició en Nicaragua a finales de los años ochenta con el fin de la guerra civil.
¿Por qué fue a partir de las reformas al seguro social?
El tema de las reformas fue solo un detonante de una serie de causas que se venían acumulando, de manera relevante para las jóvenes, que empezaron a protestar antes de ser reprimidos brutalmente, que fue como echar gasolina a una hoguera.
Ortega venía gobernando con cierta comodidad, ¿qué pasó en realidad?
Bueno, en primer lugar aquí se han juntado las agresiones socioenómicas del régimen de Ortega con las agresiones democráticas, que hasta ahora parecía que la reivindicaciones democráticas solo eran del interés de unos pocos políticos, para quienes son unos temas cercanos, de elecciones libres, creíbles; la distribución de cédulas independientemente del color político, pero se juntaron esas reivindicaciones democráticas con el hecho de que había un control mafioso por parte de la progubernamental Unión Nacional de Estudiantes Nicaragüenses en todas las universidades y sin ese acceso a la carnetización en la juventud sandinistas era imposible conseguir becas y el hecho de que si no te carnetizabas no tenías acceso a los programas sociales. Entonces, lo que se está demandando es que Ortega se vaya a través de elecciones anticipadas.
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¿Qué es lo que pide la ciudadanía?
Lo que se está planteando son tres cosas, exactamente: elecciones anticipadas y que en ellas no se presenten candidatos, porque no es creíble, Ortega y su esposa. En segundo lugar, que se establezca una comisión de la verdad que investigue toda esta matanza inmisericorde, ya Nacional Unidas han dicho que quieren investigar lo que se consideran ejecuciones sumarias. La mayoría de los muertos son con balazos en la cabeza o en el pecho. Lo tercero es que se limpie el poder electoral, el poder judicial en términos que se recupere un mínimo de estado de derecho en la marca a una consolidación de régimen democrático que Ortega lo pervirtió.
Hay quienes señalan que el escenario es similar a los momentos previos de la caída del dictador Anastasio Somoza, cuando se declaraba con poder político y apoyo de la ciudadanía, ¿coincide con ellos?
Definitivamente. Somoza, pocas semanas antes del fin de su régimen, convocó una enorme manifestación en la cual le gritaban: ¡no te vas, te quedás; no te vas, te quedás!, y hoy precisamente, a la hora de esta entrevista, se está convocando a una concentración orteguista en el centro de Managua donde ya ha trascendido y les han difundido las consignas que digan: ¡elecciones anticipadas, no; elecciones anticipadas, no! Eso lo vamos a poder escuchar y ver en la televisión en unos minutos.
Nicaragua es uno de los países como mayor crecimiento y seguridad, ¿cómo es que ahora la gente acorrala al gobierno?
La seguridad ciudadana ya la teníamos, no la inventó Ortega. Los niveles de seguridad ciudadana eran ejemplares antes de los gobiernos de Ortega y en democracia. Crecimiento económico, durante estos 11 años de Ortega la economía ha crecido al 4.1 por ciento en promedio y en los gobiernos anteriores creció al 4.3 por ciento, es decir dos décimas menos a pesar de las circunstancias que teníamos, y lo hacíamos en democracia. Aquí se habían creado las condiciones para la afluencia de inversión extranjera progresivamente durante los gobiernos de (Violeta) Chamorro (Arnoldo) Alemán y (Enrique Bolaños), lo que ocurre es que Ortega se terminó beneficiando de todas las condiciones institucionales y macroeconómicas que se habían realizando los años anteriores de la gran destrucción de los años 80.
¿El diálogo es factible? ¿Quiénes lo deberían encabezar?
La Iglesia Católica al aceptar medias la conferencia episcopal le ha puesto un viento de cola formidable al diálogo. Obviamente el gobierno tendrá que decidir su representación en el diálogo. La conferencia episcopal está invitando a la sociedad civil, algunos de ellos con vinculaciones políticas importantes, y el tercer sector es el empresarial. Lo partidos políticos de oposición no tienen participación pero confiamos en que la conferencia episcopal llevará la demanda democrática los suficientemente bien estructurada y también el sector empresarial.
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¿A qué se refiere cuando habla de evitar una “transición catastrófica”?
Que a principios del siglo XX, después de 35 años de prosperidad y crecimiento económico, y siendo la economía de Nicaragua una de las más fuertes de Centroamérica, hubo un gobierno que intentó prolongarse indefinidamente y terminamos con una intervención militar extranjera. Poco después se inició la dictadura de Somoza, que fue otro período de estabilidad autoritario y crecimiento económico. El país, entre 1950 y 1977, creció a una tasa del 7 por ciento y terminamos con el fin de la dictadura. Pese a que la economía viene desde 1993, el ingreso per cápita de Nicaragua no llega a la quinta parte del de Costa Rica y apenas es el 15% del de Panamá. De nuevo hay un régimen autoritario con crecimiento económico, pero dada la experiencia de Somoza a principios a eso me refiero en evitar una nueva transición catastrófica.
¿Cómo garantizar la transición pacífica usando los medios democráticos, si la Corte Suprema y el Consejo de Elecciones son dirigidos por personas afines al orteguismo?
Elecciones anticipadas viene acompañada con una demanda de estructurar creíblemente el Consejo Electoral y con una observación electoral que fue casi una administración en 1990 cuando ganó Violeta Chamorro y eso es lo que estamos pidiendo, que la observación vaya más allá y tenga incidencia en la administración del proceso electoral.