Hay que alertar a los jóvenes sobre los peligros que acechan

Posibilidades son muchas, diversas y atractivas para que jóvenes cojan el buen camino o al menos que sepan los peligros e infiernos que les acechan, como la servidumbre total en las pandillas, donde el muchacho es machacado hasta convertirse en una especie de zombie.

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27 April 2018

Mostrar a estudiantes de secundaria videos sobre lo que son las cárceles, ese mundo sórdido donde los que entran “dejan tras sí toda esperanza” (Dante, El Infierno) ha logrado en ciertas ciudades de Estados Unidos que la violencia de los jóvenes se reduzca, pues saben en parte lo que les puede suceder.

Esto sería una tarea ideal para asociaciones cívicas en nuestro país: elaborar videos para exhibir, como asimismo filmar lo que distintas ocupaciones ofrecen y cómo puede un joven aprenderlas o al menos interesarse en ellas.

Pero y volviendo a un viejo tema nuestro, es vital que la OIT y Trabajo no bloqueen sino que promuevan y alienten el aprendizaje y la ocupación entre los jóvenes, como estos últimos y sus mismos padres requieren.

Lo importante es que los muchachos puedan aprender oficios y a ser productivos, se beneficien del trabajo honrado y sepan lo que son las responsabilidades, además de que las empresas que lo posibiliten reciban incentivos y premios.

Posibilidades son muchas, diversas y atractivas para que jóvenes cojan el buen camino o al menos que sepan los peligros e infiernos que les acechan, como la servidumbre total en las pandillas, donde el muchacho es machacado hasta convertirse en una especie de zombie. También están las agrupaciones que se dicen políticas pero que inoculan odio de clases y desprecio por la ley entre la juventud.

Manipular al individuo, crearle “necesidades”, anhelos, obediencias, es el propósito de indoctrinamientos, religiones, sectas diversas, llegando a credos satánicos o rituales infernales que llegan a matar, como fue el caso de un tal reverendo Jim Jones que se envenenó con toda su secta (casi un millar de seguidores) en 1978, en Guyana.

Inclusive en mercadología se valen de las reacciones de los que siguen redes sociales, que al marcar “me gusta” o “no me gusta” cien veces, se desnudan en el sentido de dar a conocer su sexo, religión, deseos y otras características personales, para dirigir hacia ellos muy puntuales campañas publicitarias como ir a comer a restaurantes, venderles refrescos o vestirlos.

La finalidad es que en el gran teatro del mundo los titiriteros muevan con cordeles a las marionetas que seríamos la mayoría de nosotros.

Dejémoslos trabajar y aprender

para que lleven vidas útiles

Hay poco empleo disponible en El Salvador, empleos formales e inclusive informales, dado que para generar un puesto de trabajo se requiere una significativa inversión de capital, al menos un millón de dólares.

Al trabajador hay que darle un lugar físico, entrenamientos, equipos y el saber que lo inserte en el engranaje productivo de un país y del mundo. Pero para que haya inversión es necesario que haya seguridad, confianza, que las reglas sean claras, sensatas y no esté ni el país ni los inversores expuestos a que de la noche a la mañana haya alguna nueva ocurrencia oficial, derogadas, alteradas o no cumplidas.

Los niños y jóvenes de El Salvador merecen cuidados, enseñanza, esperanza, defensa. No deben ser carne de cañón como lo fueron durante la guerra contra el país, ni dejarse a la deriva, descuidados por sus padres, desdeñados por los burócratas, sino verse como el don de Dios que nos envía esos tesoros.