Mabel, la linda joven asesinada en Ahuachapán, soñaba con ser ingeniera industrial, lo que de seguro habría logrado de no ser por uno más de los actos de la más cruel barbarie que día a día victimizan a tantos salvadoreños.
El diputado Rodolfo Parker, del PDC, sugirió que se suspendan los trabajos para el paso del Rancho Navarra, para restituir los recursos que se han quitado a Seguridad, Salud, Educación y otras críticas áreas del quehacer público.
Rodolfo Parker, como la mayoría de salvadoreños, se sorprende todo el tiempo de las atolondradas prioridades del grupo en el poder, que más parece ir tras el caos como lo dijo el diputado Juan Valiente, que dar marcha atrás en el proceso de destrucción del país.
Salud Pública, Seguridad, Medio Ambiente... cada sector necesita recursos, pero además de recursos, una reingeniería para que los presupuestos se usen con eficiencia, pues evitar el desgaste, el despilfarro, las políticas sin sentido. Eso es lo que nuestro país necesita.
Es muy importante mejorar seguridad como dotar a los hospitales de los equipos e insumos que se requieren para atender, entre muchísimas necesidades, las diálisis de los pacientes con problemas renales, como igualmente restablecer la seguridad para que el crimen no nos robe a personas como Mabel y tantos otros jóvenes y gente útil y querida, como don José, un agricultor que beneficiaba a su comunidad.
La seguridad andará muy mal mientras la manejen los mismos personajes que han fracasado, que no logran desenmadejar el entramado del crimen y a quienes, hasta donde se puede establecer, les ha tomado de sorpresa la división de una de las pandillas.
El país debe reaccionar contra el curso a la barbarie que llevamos
Los trabajos del Rancho Navarra son necesarios y deben efectuarse al igual que la reparación de la infraestructura, el mantenimiento de las carreteras, el cuidado de las calles de San Salvador que están siendo destrozadas por el “negocito” del Sitramss.
Todo eso es importante y necesario.
Lo que no es necesario y además es altamente nocivo para el país son los cuarenta y tantos mil “empleos” que Funes creó de golpe y porrazo para pagar a los comunistas su elección, una elección que evidentemente le reportó grandes beneficios personales, lo que ahora investigan Probidad de la Corte Suprema y la Fiscalía y que le llevó a darse a la fuga.
Lo que se requiere es muy simple: que el gobierno cancele los cuarenta mil puestos creados para sostener una masa de activistas, que lejos de aportar algo de valor a la colectividad, la perjudican.
¿Recuerdan el caso de los pobres funcionarios oficialistas a quienes no les alcanzan sus salarios de cinco mil dólares mensuales y por tanto amenazaron con renunciar (pero que llegada la hora de hacerlo no se movieron, sin duda porque el socorro del partido oficial llegó a arrullarlos)?
Tanto el PDC, como los partidos de oposición, deben comprender que se está llegando a la encrucijada; o se mueven para salvar al país, o se puede caer en una situación casi sin retorno, como le está sucediendo, como ejemplo, a Libia y muy cerca de nosotros, a Venezuela.