California rechazó el plan del gobierno de Donald Trump de enviar a la Guardia Nacional a la frontera por considerar que esa rama de las fuerzas armadas no tiene competencia para aplicar leyes de inmigración, dijeron fuentes a la AP.
El estado le informó a las autoridades federales que los soldados no tendrán permiso de reparar vehículos, manejar cámaras de vigilancia o reportar actividades sospechosas a la Patrulla Fronteriza, dijeron los funcionarios, que pidieron no ser identificados.
Añadieron que la Guardia Nacional tampoco podrá operar radios, o servir de respaldo a las unidades en sus puestos, en tareas como organización administrativa, compra de gasolina o elaboración de nómina salarial.
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Guardia Nacional en Texas, Arizona y Nuevo México
Los primeros soldados de la Guardia Nacional de Estados Unidos comenzaron a llegar la semana pasada a la frontera con México, mientras funcionarios del gobierno federal siguen analizando qué pueden hacer para frenar la inmigración irregular.
Los gobernadores de Texas, Arizona y Nueva México (todos republicanos) se comprometieron el lunes a enviar 1.600 miembros de sus respectivas Guardias Nacionales estatales a la frontera, concediendo así a Donald Trump buena parte del contingente que el presidente pidió para luchar contra lo que considera como una crisis migratoria y delictiva.
El único estado fronterizo que se abstuvo de participar fue California, gobernado por el demócrata Jerry Brown, que no anunció aún si la Guardia Nacional estatal participará en la campaña y que se ha enfrentado repetidamente con Trump por su política migratoria.
De acuerdo con la ley federal que Trump invocó en la proclama en la que pidió el envío de tropas de la Guardia Nacional, los gobernadores retendrán el mando y el control de elementos y el gobierno federal asumirá el costo de la operación.
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