El Salvador hace muy poco por sus niños, dijo el doctor Rodrigo Simán, pediatra y persona muy abnegada en la defensa de lo que se relaciona con ellos, pues, como muchos de nosotros, se duele de lo que son las vidas y los destinos de la mayoría de niños y jóvenes en nuestro país.
Y la más triste señal de esa tragedia la dio un vocero gubernamental al criticar a la Fiscalía por la publicación de estadísticas de desaparecidos, muchos de ellos jóvenes, como si fuera mejor echar tierra sobre eso que alertar a la población, que debe, dijeron, confiarse en los programas de seguridad que impulsa el partido en el gobierno.
Pero a nuestro modo de ver, no sólo la Fiscalía actuó correctamente al revelar la verdad sobre ese drama, sino que ese cuadro y las fotos de las víctimas deberían estar en paredes, oficinas, escuelas y dependencias diversas, para que la gente tome más conciencia del horror por el que estamos pasando y la inefectividad de las autoridades para revertirlo.
Para desgracia nacional ahora el centro de San Salvador --el gran planchón de concreto y ladrillo sin un solo árbol-- es una especie de tierra de nadie, campo de batalla de facciones rivales.
¿Qué futuro ofrece el país a sus niños y jóvenes?
En lugar de buena educación lo que llega a ellos, a los afortunados que pueden seguir en sus escuelas, es un indoctrinamiento sin sentido, lecturas sin alma pero perversas, la glorificación de delincuentes.
Y es que muy poco se puede esperar de grupos de personas sin mayor educación, que apenas leen, a su vez confundidos y presa de resentimientos.
Que vuelvan a publicar la galería de fotos de los desaparecidos... Esos jóvenes, en algún momento antes de enfrentar su horrible destino, tuvieron alguna ilusión, algún sueño, esperanza, pequeñas ambiciones.
Uno habrá querido ser artesano; otro, médico; otro, tener una familia, y muchos, el deseo de buscar mejores horizontes fuera de nuestras fronteras, de la tierra que se desangra.
¿Dónde estaban los adultos que pudieron ayudarles pero que en muchos casos son también prisioneros en barriadas tomadas por la delincuencia?
Una de las noticias más irónicas es que los efemelenistas quieren destinar “a la prevención” una buena parte de los fondos del impuesto a la seguridad, ellos que van de fracaso en fracaso no sólo en prevenir el delito, sino también en combatirlo.
Y antes hablaban de “reinserción” hasta que la Sala de lo Constitucional sentenció que era inconstitucional y una burla tratar con criminales. Y una burla, pues si no hay suficiente dinero para educar a los niños en las escuelas, es grotesco meter fondos en “reeducar” a individuos torcidos, imposibles de enderezar.
Como dijo Marco Aurelio, el filósofo emperador romano, en la vida hay que ser recto, no enderezado.
Aunque no es lo ideal, sí que ganaría mucho el país enderezando a tantos que están torcidos.
Otra galería de horrores en el campo de Auschwitz
La galería de fotos de los desaparecidos nos trae un recuerdo que nos persigue siempre: las fotos que tomaban los nazis de sus víctimas antes de ser internadas en los campos de concentración.
En esas fotos unos estaban perplejos, otros espantados, otros miraban la cámara sin expresión. Sólo un par de monjas sonrieron y unos niños gitanitos en cuyos rostros comenzaba a reflejarse el hambre.
Pensemos durante el fin de semana en los jóvenes desaparecidos...