No son cámaras el arma clave contra asaltos y violencia

Si los encargados de la seguridad estatal no pueden entrarle a lo que visiblemente está podrido en una zona del país, de muy poco servirán las cámaras de la alcaldía.

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24 January 2017

"Amores de estudiante, flores de un día son..."

No siempre es el caso, pero lo que son "flores de un día", lo que en un lustro se renueva es la tecnología, que en cinco o seis años vuelve obsoletos equipos, programas y formas de trabajo.

Las computadoras personales son de muy corta vida, no digamos la robótica, las comunicaciones, tecnologías médicas, motores... como renovar siempre tiene un costo, como el parque vehicular de un país, tenemos que en Cuba continúan usando automóviles de los Años Cincuenta aunque sean carcazas tiradas por burros.

La alcaldía de San Salvador ha firmado contrato por veinte años con una empresa montada casi de un día para otro, con poco capital operativo, para instalar cámaras de vigilancia, cámaras que en poco tiempo estarán obsoletas o arruinadas por la intemperie y que tendrán que reemplazarse. 

Pero las cámaras son como el conejo en una cacería: lo que cuenta es la organización, los respaldos, los grupos de monitoreo. En lo presentado por la municipalidad, hasta donde se ha informado, no hay mención sobre programaciones, la inteligencia artificial, integrada, que tome decisiones y que es una frontera tecnológica, de lo que debe coordinarse entre policías, patrullas, etc.

Es muy difícil anticipar las alternativas, opciones y tecnologías que en tres, cinco o siete años tengan la capacidad de hacer lo mismo a un menor costo, pero que tales maravillas vendrán, no hay duda.

Si hace cuarenta años había cámaras y equipos capaces de leer desde la Luna, o a la inversa, un diario tirado sobre el suelo, es más que posible que satélites privados o de gobierno hagan videovigilancia desde el espacio a un menor costo que cámaras instaladas en postes de teléfono que los maleantes pueden inutilizar tan pronto se coloquen.

De hecho han sido más efectivas las cámaras instaladas por negocios o particulares en captar hechos delictivos, que cámaras callejeras. En tal caso algún pequeño subsidio puede lograr que opere una red de vigilancia privada sin los problemas de reemplazar lo obsoleto y lo arruinado.

Se requieren efectivas estrategias y cuerpos de control territorial

Más que las cámaras, lo que se requiere son grupos de socorro de reacción inmediata que acudan a lugares donde se forman grupos amenazantes, pero si los encargados de la seguridad estatal no pueden entrarle a lo que visiblemente está podrido en una zona del país, de muy poco servirán las cámaras de la alcaldía.

¿Por qué no instalar cámaras en La Campanera? Porque sin cámaras se sabe lo que allí sucede...

¿Y qué hará la Alcaldía cuando sus cámaras detecten un asalto o hecho de sangre? ¿Alertarán a la PNC o disponen de los vehículos y personal para reaccionar de inmediato? ¿De cuántas unidades dispone? ¿O lo que queda a los capitalinos, además de la cuenta multimillonaria que tendrán que pagar, es la satisfacción de morir siendo protagonistas de un macabro video?

El problema de la delincuencia en el país no se debe a la falta de cámaras en las calles, sino a la ineficiencia de los grupos encargados de la seguridad nacional.

Lo que hace falta, tremenda falta, son estrategias y cuerpos de control territorial.