Economía mundial aún restringe a mujeres a trabajar en ciertas áreas

Según el Banco Mundial las economías restringen a las mujeres desempeñar actividades laborales por diferentes razones.

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Instructor Scarlet Burmeister works with student Daisy Lazaro at the Chicago Women in Trades on February 26, 2018. The #MeToo movement may be changing work cultures in media, fashion, entertainment and politics, but it is far from the world Guadalupe Hinojosa will inhabit when she completes her training as a welder. On the third floor of a sprawling red-brick building where Chicago steel was once manufactured, the 35-year-old donning a welder's helmet bounced between heavy industrial equipment. / AFP PHOTO / Nova SAFO

Por Redacción Negocios

10 April 2018

¿Por qué existen restricciones que impiden a las mujeres trabajar? Según el Banco Mundial existen varias razones: por que son empleos considerados peligrosos, arduos o moralmente inapropiados o porque hay restricciones por sectores como trabajar en minería o la construcción así como restricciones por ser empleos nocturnos.

De acuerdo con el organismo multilateral, el 30% de las economías a nivel mundial tienen barreras que prohíben a las mujeres trabajar en empleos considerados peligrosos, arduos o moralmente inapropiados.

El 40% impide a las mujeres trabajar en determinados sectores y el 15% no permite a las mujeres trabajar de noche.

Al clasificar las economías que restringen el acceso a mujeres a ciertos trabajos sobre las restricciones por ser empleos considerados peligrosos, rudos o moralmente inapropiados, América Latina y el Caribe se ubica con un 19 %; Europa y Asia central 36 %, pero las economías que manejan más restricciones son en Oriente Medio y el Norte de África, con 65 %.

En las restricciones en determinados sectores América Latina y el Caribe baja las barreras a un 16 % en comparación con Europa y Asia Central con el 56 % y el Oriente Medio y Norte de África con el 55 %.

Sobre las restricciones relacionadas con trabajar de noche el porcentaje es mucho más bajo en América Latina y el Caribe con 6 %; en Europa y Asia central llega a un 20 % y en Oriente Medio a un 55 %.