En Venezuela, niños mueren por la crisis del sistema de salud

El presidente de la Federación Médica de Venezuela, Douglas León Natera, aseguró que el hambre y la crisis en el sistema de salud de su país ha cobrado este año la vida de 383 niños.

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15 November 2016

Los recién nacidos están muriendo en Venezuela por falta de medicamentos, de medicinas, de vacunas y de incubadoras.

Así lo reveló el presidente de la Federación Médica de Venezuela, Douglas León Natera, en una conferencia patrocinada por el Movimiento Libertad y al hablar sobre la crisis de salud del país, la creciente hambruna que afecta a todos los sectores y la corrupción del régimen chavista, indiferente a esos sufrimientos mientras pueda continuar depredando.

El presidente de la Federación Médica de Venezuela, Douglas León Natera, aseguró que el hambre y la crisis en el sistema de salud de su país ha cobrado este año la vida de 383 niños.

“Hoy se me informó que en el Estado de Nueva Esparta de la Isla Margarita han muerto en el transcurso del año más de 203 niñitos neonatos por hambre y por falta de medicamento; lo mismo sucede en el hospital universitario Patricio Alcalá, de la ciudad de Cumaná, Estado de Sucre, donde en el transcurso de los últimos seis meses han muerto más de 180 neonatos”, aseguró el también vicepresidente de asuntos profesionales de la Confederación Médica Latino-iberoamericana (Conframel).

Un simple raspón en la piel le costó la vida a una muchachita, pues sus padres no tenían ni alcohol ni jabón para tratarla.

El Movimiento Libertad lo dirige el doctor José Miguel Fortín, quien estuvo acompañado en el acto por el doctor Milton Brizuela, del Colegio Médico de El Salvador.

La situación de Venezuela, país que en los últimos dieciocho años recibió mil billones de dólares como ingreso de sus exportaciones de petróleo, bordea el colapso total, lo que no afecta al régimen mientras tenga cómo robar.

El desastre, como consta a nuestros lectores, es “invisible” para los que capitanean el oficialismo en El Salvador y que corren a Caracas a solidarizarse con los verdugos de los venezolanos “cada vez que revientan un cohete”.

Al hacerse  con el poder Chávez, un militar ignorante e indoctrinado, la riqueza enorme de Venezuela le pareció inagotable, capaz de resistir todos sus abusos, sus expropiaciones, sus ocurrencias, sus despilfarros y sus repartos a la extrema izquierda del Hemisferio para propagar “la revolución”, amén de mandar petróleo a los Castro después que cesó el soporte soviético a la dictadura al despanchurrarse el glorioso “Bloque Socialista de Naciones”.

Lo que no entendió Chávez es que un hombre puede tener en el subsuelo de su granja una veta de minerales, pero si no cuenta con el empuje, la tecnología, la capacidad para mercadear esa riqueza, de nada le sirve.
 

Al tener organismos debilitados,
el riesgo de epidemias aumenta

 

Que Venezuela esté sumida en una hambruna, como es casi el caso de Cuba, debería ser suficiente para que los hispanoamericanos despierten a lo que es el comunismo, “capitalismo de unos pocos ladrones”, como lo define el cardenal hondureño Rodríguez Maradiaga.

La crisis de salud ha causado que rebroten enfermedades que se creían erradicadas, como la difteria. La falta de alimentos, de medicinas, de agua, las fatigas que se sufren para conseguir algo que comer (generalmente de los basureros) forzosamente debilitan las defensas de la mayoría de venezolanos, volviéndolos más vulnerables a contraer toda clase de enfermedades y de allí a graves epidemias que pueden contagiar a sus vecinos, para lo cual hay muy poco trecho.