Una manzana podrida corrompe todo el cesto

Lo que demostró el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani es que, al tolerar menores faltas o sinvergüenzadas, se abona el terreno para desmoralizar una sociedad y hundirla en el vicio.

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04 September 2016

En vez de ocuparse de asuntos triviales como los setenta y siete viajes de Funes con sus respectivos séquitos, las tarjetas de crédito usadas, las compras, etcétera, el público debería enfocarse en temas de relevancia, dice el señor vicepresidente, dejando entre la ciudadanía la duda de si hablaba en serio.

En efecto, sobran temas en este país inmerso, según el oficialismo, en el “buen vivir”, pero la investigación de presuntos hechos de corrupción no es asunto de inferior importancia, como tampoco lo es el calamitoso estado de las unidades de salud en todo el territorio, la carencia de medicinas y la ineficacia de las autoridades para solucionarlo.

Es clave y legítimo que las autoridades indaguen si ha habido viajes sin más motivo que ir al exterior a refocilarse en grave menoscabo de las finanzas públicas, no sólo en este caso, sino también en el de todos los ministros, diputados, parentelas y amigatelas, pues ese dinero puede estar restándose a los servicios públicos, a los niños que necesitan diálisis, a corregir el desastre de la unidad de salud de Zacatecoluca, et alia.

Una manzana podrida corrompe al resto en la cesta. Como unos creen que se puede gastar sin control, entonces otros quieren que además de recibir salario les den de comer y sostengan a la cherada nombrándoles como asesores.

Pero todo eso son formas de corrupción y la corrupción, junto con la violencia y las políticas económicas que desalientan a los inversionistas, son tres graves males que pesan sobre nuestro futuro, como lo viene diciendo la Embajadora de Estados Unidos.
 

De centavo en centavo
se llega a los millones

 

 Aquí es del caso referirnos al equipo de desmentidores oficialistas: al externarse críticas, saltan diversos personajes a acusar, a burlarse, a regañar. Y uno de los últimos en hacerlo es un diputado del partido de gobierno que le dijo a la Embajadora que no se meta en lo que no le incumbe.

Este diputado debe pensar en los tres millones y tantos salvadoreños que viven en Estados Unidos, legales o no, en los niños que huyen del desastre que aquí se sufre, en la asistencia que continuamente se solicita para esto o aquello...

Un ejemplo muy cotidiano de lo que es subestimar centavos o lo que parecen hechos aislados lo tenemos tanto en la política de no tolerancia del exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani como lo que sucede cuando vamos de compras a un mercado.

Lo que demostró Giuliani es que, al tolerar menores faltas o sinvergüenzadas, se abona el terreno para desmoralizar a una sociedad y hundirla en el vicio.

Por eso es más que válido y necesario investigar en profundidad no sólo los viajes, sino también, como dice el Fiscal General, el estilo de vida de un personaje que es indagado por presunto enriquecimiento ilícito.

Lo otro, que al ir de compras y a medida que se va llenando la cesta de artículos de bajo precio (media libra de azúcar, tres tomates, etc.) la suma del conjunto rápidamente sube y puede llegar a las centenas.

No se trata de ir tras los despilfarros y abuso de uno, sino de todos los que vayan saliendo, como mandan la ley y la decencia.