El Arzobispo denuncia las agresiones contra la Sala

Para los totalitarios, hay "justicia" cuando se acopla a sus maniobras y finalidades. De lo contrario la emprenden contra jueces, magistrados y aquellos grupos que velan por una imparcial aplicación de las leyes.

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20 September 2016

El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, condenó los ataques contra cuatro de los magistrados de la Sala de lo Constitucional por grupos de enardecidos que han sido vinculados con el oficialismo.
  
 El hecho comprueba que para los totalitarios hay “justicia” cuando se acopla a sus maniobras y finalidades. De lo contrario, la emprenden contra jueces, magistrados y aquellos grupos que velan por una imparcial aplicación de las leyes.
 
Se llega a tal extremo para respaldar el despotismo que ha provocado una cruel hambruna en Venezuela, violando el más elemental principio de gobierno: que la gente pueda comer y además tenga una medida de seguridad en sus vidas. Aquí y pese a las medidas e impuestos con los que se castiga a la gente, todavía la mayoría de salvadoreños puede comer, pero la inseguridad está socavando todo el andamiaje social e institucional.

¿Cómo puede un gobierno combatir a los grupos violentos que se han tomado pueblos, ciudades, caseríos y barriadas, si desde él mismo se fomenta la violencia y la exacerbación de pasiones en las calles de San Salvador?

O lo que es igual, ¿cómo puede una nación pacificarse si sus gobernantes fomentan el odio de clases, que es generar conflictos entre unos y otros de los salvadoreños?

Son múltiples los grupos, asociaciones, tanques de pensamiento, personalidades, medios de difusión, informadores, gremiales y ciudadanos que condenan estos hechos, que exigen el cumplimiento de los fallos de la Corte.

Los únicos que están muy calladitos, que no dicen esta boca es mía, son los de ARENA, que deberían asumir un papel más vigoroso como el principal partido de oposición del país. ¿Es que tienen temor de que el gobierno los regañe y no siga convocándolos al “diálogo”?

Es mucho más oposición el Arzobispado, que continuamente denuncia las tropelías del grupo en el poder.

Ya el Congreso de EE. UU.
puso el ojo en Nicaragua


Problemas abundan para que la gente honesta se indigne. Está la pretensión del oficialismo de alcanzar un nuevo pacto fiscal, nombre que le dan a la aprobación de más préstamos y callar frente a los despilfarros.

Además los que están en el poder piden superar rencillas y odios, lo que es una manera de olvidarse de los corruptos, incluyendo a los que se dieron a la fuga.

Y está el grave problema de los asilos que Nicaragua parece estar lista a conceder a ladrones y maleantes, lo que ya provocó una reacción del Congreso de los Estados Unidos apoyado por ambos partidos: suspender las ayudas a Nicaragua  mientras persiste en pisotear la democracia.

Como es su habitual costumbre, los comunistas buscan salvaguardar el sacro principio revolucionario de “lo robado, robado queda”, lo que les lleva a lanzar permanentemente cortinas de humo, acusaciones sin respaldo real, montar griteríos, echar a unos contra otros.

La gente que piensa debe proyectar hacia adelante, al futuro, lo que serían las consecuencias del plan comunista: una hambruna casi inmediata sin que haya una Unión Soviética o Venezuela con petrodólares que corra en nuestro auxilio, y persecuciones “a lo Fidel”, con paredón y horrendas mazmorras pues ya tiene el modelo: las bartolinas de la Dan.