"Acercadores" para engañar a los que muerden el anzuelo

"Acercadores", usando el término recién inventado, siempre han existido en este suelo, particularmente en la serie de "diálogos" que viene montando el gobierno desde hace rato.

descripción de la imagen

Por

21 August 2016

La más reciente ocurrencia del grupo en el poder es la figura del “acercador” para endilgarla a los mediadores que las Naciones Unidas han enviado en un intento de recuperar la sensatez como un eje de la vida pública, que de tumbo en tumbo amenaza con despanchurrar esta sufrida y desangrada Nación.
  
Los mediadores tienen una función esencial: obligar a las partes a argumentar con lógica, demostrar los datos que presentan, respetar al contrario, asegurarse de que ambos disponen de iguales oportunidades para exponer sus casos, rechazar falsedades, asegurarse de que no haya amenazas, burlas, insultos ni descalificaciones.

Mediadores son los que manejan las entrevistas radiales y televisadas, los que en nuestro medio actúan con cortesía y ocupándose de que no haya excesos verbales. Y lo que es muy importante, evitar la tentación de caer en el “magister dixit”, en validar un argumento porque alguien de poder lo respalda. Pueden citarse frases o invocar la autoridad profesional de un personaje, pero eso no siempre es suficiente para demostrar un hecho que se discute, a menos que se trate de un testimonio, de “yo lo vi y tengo las pruebas”.

El mediador de las Naciones Unidas expresó su preocupación por el alto grado de “polarización” que sufre nuestra sociedad, una polarización contra la cual todo intento de entendimiento choca. Y choca por un motivo fundamental: los que están actualmente en el gobierno se creen en posesión de la verdad absoluta y, por tanto, desdeñan las posturas de cualquier otro que lo cuestione.

Tan sumidos están sus miembros en esas posturas que no vacilan en respaldar una dictadura culpable de atrocidades, siempre que sea parte de sus férreas alianzas.

Para ellos, el que Venezuela haya caído en una hambruna no cambia nada respecto a su apoyo a Maduro, ni cambia el que en Nicaragua se esté montando una dictadura personal peor que la sufrida por el hermano país en los más negros momentos del somocismo. O el respaldo que invariablemente rinden a Rousseff...
 

No vayan lejos: está el ejemplo
de los talibanes en Afganistán
 
 

“Acercadores”, usando el término recién inventado, siempre han existido en este suelo, particularmente en la serie de “diálogos” que viene montando el gobierno desde hace rato y en los cuales siempre se dan estos hechos:

Primero, que el oficialismo carga los dados a su favor sea controlando las agendas, sea escogiendo a los participantes y poniendo en minoría a quienes representan a los sectores de trabajo, sea liquidando el proceso cuando éste ha avanzado, para comenzar de nuevo.

Segundo, que con diálogo o sin él, la finalidad declarada del oficialismo, como se descubrió en los documentos revelados en su última convención, es la de establecer una dictadura del proletariado aunque todos terminemos con caites y subidos en mulas, los privilegiados, eso es.

No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos de hasta dónde se puede llegar de esa manera: los de Boko Haram, los de ISIS, los talibanes en Afganistán, los soviéticos en los años del estalinismo, los fundamentalistas en Arabia Saudita y la opresión que ejercen sobre las mujeres y los “infieles”.

Un diálogo puede llevar a entendimientos, pero serán al estilo de los pactados por Hezbollah: tiempo para reagruparse.