Les aflige lo del escalafón pero más asusta la economía

Con la última calificación de Moody’s, para El Salvador obtener préstamos o vender bonos en la Bolsa será más costoso, a lo que se suma la desconfianza de inversionistas foráneos.

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15 August 2016

La incertidumbre sobre si va aplicarse el escalafón a los empleados de Salud tiene nerviosos a los trabajadores de ese sector, que temen que el gobierno no les reconozca ese derecho.

La ley establece que “el escalafón se aplica con base en un sistema de incentivos por mérito personal. Cada empleado y funcionario debe ser evaluado y, de acuerdo con la categoría que logre, así será el porcentaje de aumento que obtenga. Si es excelente, es de 5 %; muy bueno, 4 %, y bueno, 3 %. Además, el personal que tenga cinco años o más trabajando podrá recibir un 3 % adicional por antigüedad...”.

Pero eso, para tristeza de todos, era antes. Con las finanzas públicas haciendo aguas por un lado y despilfarrándose por el otro (en este año los gastos se han aumentado en más de treinta millones de dólares pese a los llamados a la austeridad), no hay forma de que cumpla sus compromisos.

Y no se cumplen principalmente por una razón muy de peso: el sostenimiento de cerca de treinta y cinco mil sujetos en los últimos siete años, que han desquiciado las finanzas públicas.

A ello hay que agregar la creciente deuda, que amenaza con empujar al gobierno, y consecuentemente al país, a la insolvencia.

Con la última calificación de Moody’s, para El Salvador obtener préstamos o vender bonos en la Bolsa será más costoso, a lo que se suma la desconfianza de inversionistas foráneos respecto a la capacidad y voluntad de pago que tenga el actual gobierno.

Como ejemplo,  Educación no ha podido entregar a los institutos nacionales los dineros para finalizar el año, fondos que son imprescindibles para continuar las labores docentes.

Los trabajadores y profesionales de Salud son, al igual que una porción de salvadoreños, víctimas de su imprevisión, de su credulidad.

Hasta hace muy poco, la gente de salud apoyaba a los efemelenistas marchando en gabachas blancas y uniéndose a la gritería orquestada, convencidos de que  ellos iban a acabar con los privilegios y las oligarquías, con lo cual iban a desparramarse sobre nuestro país grandes riquezas.

Literalmente el tiro les salió por la culata, ya que los médicos y empleados y trabajadores de Salud han sido de las más visibles víctimas de la inepcia, la desorganización, la ignorancia y la prepotencia de los titulares, que destituyen, amenazan y mueven al personal, al mismo tiempo que son incapaces de suministrar a los hospitales y clínicas ni medicinas ni instrumental.

Basta ver el conflicto entre los oftalmólogos y el Minsal sobre cuál es el lugar donde deben atenderse las cirugías de ojos para cuidar mejor a los pacientes que las requieren.
 

Lo esencial en este momento
es conservar los empleos

 

 En las presentes circunstancias tanto el personal de Salud como los maestros (que también claman por “nivelaciones”, aumentos salariales, etc.) lo que deben pedir a Dios es que puedan conservar sus empleos, más ante las perspectivas de crisis en las finanzas de “el Estado”.
   
En muchas familias de ocho o diez miembros adultos en edad de trabajar, sólo dos o tres tienen empleo. Y entre los jóvenes las cifras son más desalentadoras.

Pero con lo mal que estamos, esto es un paraíso en comparación con Venezuela, donde en los hospitales niños y adultos mueren por la falta de todo...