La cárcava sería resultado de los cambios del Sitramss

El lamentable deterioro de las calles, lo que está sucediendo bajo la superficie, el colosal desorden causado por el desvío de las rutas de transporte, es un reflejo de lo que es el esquema de gobierno del partido en el poder.

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10 July 2016

Se diga lo que se diga, entre los capitalinos prevalece la idea de que la enorme cárcava del bulevar Tutunichapa es una consecuencia del Sitramss.

Para potenciar su negocio privado --quiere caerle encima a todos los transportes del país--, la extrema izquierda está despedazando la ciudad, la ha dividido en dos, “se han recetado” la Juan Pablo para sus buses y ha desviado, a la diabla, al resto de buses a otras vías de la ciudad, que como se ha visto en muchos casos, no están preparadas para ese tráfico.

Y eso se lo pasan diciendo al Viceministerio de Transporte los vecinos de las calles que van tomando: estas vías no fueron construidas para soportar tráfico pesado, sino para tráfico vecinal.

Lo anterior no deja más lugar que a pensar que los planificadores del VMT en ningún momento han indagado cuáles son las condiciones debajo del pavimento de las calles que se toman, pues bien se sabe que la mayoría de arterias de San Salvador tiene tuberías de cemento, que estas tuberías han cumplido su vida útil, que son frágiles y que al romperse o desarticularse, el agua va a escapar y terminará formando un cárcava del tamaño que sea.

Las condiciones en que está el subsuelo pueden deducirse de lo que pasa en la superficie: baches, arena y pedazos de pavimento, charcos de agua cuando llueve, riesgo para peatones.

Y como se puede imaginar, estas superficies de rodaje no reciben ningún mantenimiento constante de parte de Obras Públicas o la Alcaldía.

La cárcava del Tutunichapa era predecible, pues se sabe que sobre esa calle se asignaron varias rutas de buses. Entonces deben de haberse roto las tuberías de agua potable y aguas servidas y se formaron pozas de agua, el agua busca sus niveles y va formándose la cárcava, como seguramente existen mini-cárcavas en proceso de transformarse en grandes cárcavas en muchos puntos de la ciudad.

Rellenar la cárcava del Tutunichapa va a tomar más de dos meses, aunque “dos meses” significan muchas cosas con la manera de proceder del gobierno, que se pasa diciendo que tal o cual obra estará lista en noviembre, pero llegado octubre hablan de enero, llegado enero de marzo y así sucesivamente.

Sólo Dios sabe cuándo es que va a corregirse no sólo la cárcava, sino las tuberías que se han roto.
 

La interminable novela
de error tras error
 
   

 El lamentable deterioro de las calles, lo que está sucediendo bajo la superficie, el colosal desorden causado por el desvío de las rutas de transporte, es un reflejo de lo que es el esquema de gobierno del partido en el poder.

No prevén estos percances, están endeudándose hasta la coronilla (como advirtieron los alemanes con respecto a la CEL) y se marcha, “con la frente en alto”, a un despanchurramiento general.

Sólo mírese lo que sucede en el nuevo Hospital Nacional de Maternidad, donde se ha advertido que hay riesgos latentes por múltiples fallas en las instalaciones y equipo y suelo en condiciones inadecuadas, según ha denunciado una de las empresas constructoras.

Y adicionalmente “el Estado” tendrá que pagarle a los constructores, que alegan que les dieron diseños defectuosos, responsabilidad que recae sobre Salud Pública.

Sigan pendientes, lectores de la novela...