"Hay señales que son rojas y una de ellas es el alto endeudamiento del país”, dijo Sánchez C. en el último evento del “Buen Vivir”, agregando que debe buscarse “un acuerdo fiscal” y, lo que planteó públicamente por primera vez, la creación de “una Ley de Responsabilidad Fiscal”.
Los del partido oficial han tardado en ver esas señales rojas que la gente pensante tiene largo rato de detectar, desde antes que se sobrepasara el cuarenta por ciento del producto bruto en endeudamiento.
Pero pese a las señales, siguen presionando para obtener más préstamos, lo último relacionado con los ninis, otra masa de individuos que quieren agregar a los cuarenta y tantos mil que de golpe se contrataron en la gestión de Funes, según se dice, como pago por haber sido electo con el respaldo del FMLN.
Cuando estos del partido oficial hablan de “responsabilidad”, nunca se refieren a responsabilidad de parte suya, pues lo que les caracteriza es precisamente lo contrario. Piénsese en los registros de vehículos en Capres, los documentos destruidos en el Ministerio de Economía, el drama de los catéteres y la falta de medicinas, lo que sucede con oftalmología en el ISSS, el desastre del Gran Hoyo de El Chaparral, el estado del nuevo hospital de Maternidad...
¿Qué pretenden ahora con eso de “responsabilidad fiscal”? Lo seguro es que la “responsabilidad” sea contribuir con más impuestos y cargas a los despilfarros del oficialismo. Algo como “Miren, nosotros nos endeudamos hasta la coronilla, no tenemos manera de pagar, así que eso les corresponde a ustedes, productores y ciudadanos de a pie”.
Ofrecen apretarse el cincho, lo que querrá decir cortar en un diez por ciento sus viajes, lo que los corruptos se embolsan, los fiestones de la Asamblea, los asesores...
Sánchez es magnánimo: dice a los cuarenta y tantos mil que se contrataron de un día para otro, “que ninguno va a ser despedido”, como despiden a empleados de larga trayectoria --hay varios amparos pendientes en la Corte Suprema-- porque no son miembros del partido de gobierno y por lo mismo “no son de confianza”.
Inclusive a varios de estos despedidos la Corte los amparó y ordenó su restitución, pero las entidades se niegan a hacerlo, dejándolos en un limbo legal.
Eliminen a los inútiles
y les alcanzará el dinero
Si de responsabilidad se trata, lo procedente es cancelar los cuarenta y tantos mil empleos, pues el solo hecho de hacerlo comprueba que no se necesitaban ni se necesitan. No hay empresa o actividad en el sector libre que incremente de golpe las nóminas sin exponerse a caer en bancarrota, a menos que se trate de contrataciones temporales como la ejecución de un proyecto o ventas navideñas.
De hecho, son pocos los que saben dónde colocaron a esa gente, pues en las dependencias estatales no había ni espacio ni tareas ni mobiliario ni servicios sanitarios para colocarlos.
Simplemente se trata de activistas a los que sueltan por el territorio, los mismos que participan en protestas o andan propagandizando de un lado a otro, individuos que nadie necesita fuera del partido oficial.
La “responsabilidad fiscal” es un nombre que puede significar para algunos, casi seguro, “prepárate porque vamos a meter de nuevo las manos en tu bolsillo...”