Al borde de la hambruna están los venezolanos

Las crónicas que llegan de Venezuela a diario son conmovedoras: personas que se suicidan al no hallar medicinas y pasar hambre, gente que sufre la ignominia de esperar por horas para conseguir  unos mendrugos.

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06 June 2016

El 17 de abril un camión de basura fue asaltado en Caracas por personas que buscaban comida descompuesta, comprobando el nivel de desesperación en que está cayendo la población en Venezuela, “ejemplo revolucionario para el mundo”.

Pero esas crisis económicas se dan en muchos países, dicen con su usual y gran sentido del humor dirigentes de la izquierda radical; las hambrunas, al fin y al cabo, son un pequeño costo en la ruta de los pueblos hacia la sociedad sin clases.

Hambrunas las hubo en Rusia y China; el saldo de muertos por hambre en la Rusia de Stalin fue de cuarenta millones; Mao por su parte se echó sesenta millones en su tarea por construir el socialismo.

“El fin (el socialismo) justifica los medios (matar de hambre a la gente)”.

Las crónicas que llegan de Venezuela a diario son conmovedoras: personas que se suicidan al no hallar medicinas y pasar hambre, la gente que sufre la ignominia de esperar por horas para conseguir unos mendrugos, jóvenes que mueren desangrados por no recibir una transfusión, los viejos a quienes desde hace meses no les pagan sus pensiones.

A esto se suma la inflación de precios, la más alta del mundo en la actualidad: ciento ochenta por ciento en los últimos meses, lo que es un robo a todos los trabajadores, a la totalidad de la gente.

He aquí varios conmovedores casos:

--María Domingo, de 21 años, estudiante de una reconocida universidad privada del país, comentó que en su nevera “solo hay agua y luz”, porque no consigue los productos básicos para abastecer su hogar.

-- El 7 de mayo, en Zulia, Regina del Carmen Sánchez, de 54 años, tomó la decisión de acabar con su vida por no conseguir alimentos para sus hijos.

--En septiembre de 2015, Yorvi Yunior González, de 18, estudiante de cuarto año de bachillerato, se suicidó por no tener dinero para continuar con sus estudios y, de acuerdo con lo que señalaron sus familiares, el menor se quejaba reiteradamente de hambre.
 
-- La canasta básica familiar aumentó, durante abril,  a 256.146,79 bolívares. El informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FMV), dice que la cesta aumentó 52.202,84 bolívares (25,6 %) en comparación con marzo de 2016.

¿Cómo es que un país cae en esa clase de horror?

Cuando los que desgobiernan creen saberlo todo

Las hambrunas, la pobreza extrema, el colapso de los servicios son la marca de los totalitarismos de izquierda, a diferencia de los totalitarismos “de derecha” que suprimen libertades, inclusive en forma brutal como la dictadura de Trujillo en Santo Domingo, pero dejan que la economía siga su curso.

Hay un ejemplo de país que pasó por ambos esquemas: Chile. Con el marxista Allende, Chile llegó a niveles de pobreza terribles, aunque nunca como la Venezuela de hoy porque el gobierno socialista fue derrocado tras el “alzamiento de las cacerolas”.

Lo que siguió fue el autoritarismo de Pinochet, de corte intervencionista en un inicio, pero  luego, con la ayuda de los “Chicago Boys”, implantó un esquema liberal que llevó a Chile a alcanzar una notable prosperidad económica.

Lo que hunde a las izquierdas es su ciego fanatismo, creer que lo saben todo...